(LUNES 17DE JULIO 2023-EL JORNAL). Panamá da envidia al verla en la final de la Copa Oro en un escenario con 72.000 aficionados. Hace ya al menos dos años que su Selección es y se siente superior a la costarricense.
Observando, sin embargo, con agudeza al equipo canalero, la gran diferencia con la nuestra es el trabajo que Panamá tiene y del que carece Costa Rica.
Excepto Edgar Bárcenas y Adalberto Carrasquilla, Panamá no supera actualmente en talento a Costa Rica, pero sí en tener un horizonte claro y mucho trabajo de preparación.Nada de teorías con verbo fácil y retóricas baratas que se pueden comprar en una esquina de la ciudad.
Gracias a ese trabajo, Panamá hizo una muy buena Copa Oro, mientras Costa Rica solo fue capaz de ganarle a un equipo semiprofesional como lo es Martinica, que hoy sorprende con su juego y mañana es silencio y oscuridad.
La Selección tiene todavía una oportunidad de remontar los años perdidos y para ello se necesita un trabajo tesonero, con objetivos claros y profesionales competentes.
No es solo un cambio de nombre en el banquillo lo que se necesita, sino una VISIÓN de lo que se quiere y a partir de ahí, trabajar de manera incansable.
Me atrevo a decir, incluso, que tenemos mucho más talento que Panamá y por eso no es gratuito que sumemos seis presencias mundialistas, con un torneo excepcional como el de Brasil 2014, contra unos panameños que solo estuvieron en Rusia 2018.
Nada, sin embargo, caerá del cielo, ni con acentos que llamen a engaño: profesionales capaces, grandes aspiraciones y un trabajo de altos quilates, eso es lo que se necesita para recuperar la jerarquía perdida.