(MARTES 05 DE DICIEMBRE-EL JORNAL). Hay un decir japonés que reza que la disciplina, tarde o temprano, vencerá a la inteligencia y al talento, lo cual debería ser una máxima de los clubes del fútbol de Costa Rica, que a menudo brillan por su inconsistencia.
Lo que acabamos de ver en la semifinal entre Herediano y Alajuelense, que venía de vencer de manera categórica al Real Estelí, en el primero de los dos partidos de la final de la Copa Centroamericana, pero que cayó por ese mismo marcador de una manera estrepitosa.
Constancia y perseverancia son dos términos ajenos a nuestro fútbol y no solo en los partidos, sino también fuera de ellos, como en los entrenamientos. ¿Qué jugadores dedican una hora a mejorar el lanzamiento, por ejemplo, de tiros libres? Hace poco Hugo Sánchez, hoy comentarista de ESPN, contaba en el partido Cádiz-Real Madrid, que él siempre se quedaba una hora extra practicando tiros libres. Sí, el gran Hugo Sánchez dedicaba una hora diaria adicional al entrenamiento para mejorar, para estar a la altura de vestir una camiseta como la del Real Madrid y la Selección mexicana.
Aquí vemos las jugadas a balón parado, como las llamamos, y la mayoría de las ocasiones da tristeza ver los resultados. Se nota a mil leguas que ese apartado o no se trabaja, o se trabaja muy mal.
Nuestro fútbol es tremendamente inconstante y en ello revela su falta de ambición. Da la impresión de que los equipos y sus jugadores se conforman con uno o dos entrenamientos de hora y media y listo, a jugar play station.
No, ni el fútbol, ni la vida, ni el arte, van por ese camino. Por ese sendero van los mediocres y los conformistas.
Hay una anécdota maravillosa que contaba el gran escritor de ciencia ficción Isaac Asimov, sobre el jurista estadounisense Oliver Wendell Holmes (1841-1935, murió a los 94 años), que aquí resumiré para que la disfruten: “Oliver Wendell Holmes estaba en cieta ocasión en el hospital, a sus 90 años, y el Presidente Franklin D.Roosevelt fue a visitarlo, y lo encontró leyendo gramática griega, y Roosevelt, le dijo: ‘ ¿Por qué está leyendo gramática griega, señor Holmes?’, y el señor Holmes, le respondió: ‘Para mejorar mi mente, señor Presidente”.
Es decir, el señor Holmes se estaba preparando para el futuro, mediante la persevarancia y la constancia.
El fútbol no es ni puede ser ajeno a la vida, aunque en nuestra Tiquicia carnavalesca, no lo hayamos entendido.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL