(JUEVES 01 DE FEBRERO-2024-EL JORNAL). A cinco meses de haber asumido el nuevo Comité Ejecutivo de la Federación Costarricense de Fútbol todavía no hay ningún cambio significativo y aunque se entiende que es un período muy corto, se ha de entender que en la dirigencia está la clave para dar el salto al primer fútbol o seguir anclados al pasado.
En este caso es blanco o negro. El fútbol nacional no puede seguir a nadito de perro, con malas canchas, algunas sin iluminación, con gramillas artificiales y con mañas propias de un fútbol amateur, como la intervención de los juntabolas para retrasar el partido o que los directivos estén en los alrededores de los camerinos.
Estos elementos, algunos estructurales y otros de procedimiento, son un caldo de cultivo que hace que nuestro fútbol esté hoy en horas bajas y seamos, tristemente, poco más que Nicaragua y El Salvador en Centroamérica.
La idea de que Osael Maroto, Presidente de la Fedefútbol, hará un esfuerzo por cambiar la forma de jugarse el campeonato, lo que podría llevar a modificaciones en la manera en que está conformada la Primera División, es una buena noticia y ojalá que haya anchura de miras para acoger una iniciativa de progreso.
Hoy tenemos un fútbol con buena materia prima, pero que no despega, porque hay demasiadas trabas en el medio, mientras otros países trabajan desde sus bases y preparan el futuro.
Como me decía el colega Rafael Ángel Ugalde, mientras se tenga una dirigencia que antepone sus intereses a los del bien común, seguiremos con señalamientos, con apelaciones y con estructuras oxidadas que solo conducen al estancamiento y la mediocridad.
Sí, la clave está en que la dirigencia delege y piense como una dirigencia profesional y no amateur, que es la que todavía prevalece y que debe renovarse por completo, o seguiremos anclados y mirando al pasado y no al porvenir.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL