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Joshua Bell y Filarmónica de Colombia firman una noche de excelencia

Joshua Bell junto a la Filarmónica Joven de Colombia, en un concierto recibido con beneplácito por el público costarricense. (Foto cortesía de Interamericana de Producciones).

CRÓNICA

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 10 DE JULIO, 2018). El violinista Joshua Bell y la Orquesta Filarmónica Joven de Colombia firmaron una actuación de excelencia el domingo 8 de julio, en una presentación realizada en el Teatro Melico Salazar, y que recibió un largo aplauso por parte del público costarricense.

La Orquesta, que venía al país por primera vez, y que estuvo dirigida por el venezolano Rafael Payare, abrió la función con Íntima, pieza del compositor colombiano Adolfo Mejía, y desde sus primeros compases el público empezó a reconocer la calidad de la agrupación.

En este poema sinfónico los muchachos de Payare desplegaron toda su categoría, disciplina y refinamiento en la ejecución de una composición de 1946 que representa en gran medida lo que fue Mejía como creador.

Y luego apareció Bell, con su categoría y su talla de artista consagrado. Interpretó el Concierto para violín y orquesta número 1 en sol menor de Max Bruch. La Filarmónica terminó por demostrar su categoría, su profesionalismo, a pesar de que todos sus integrantes son músicos muy jóvenes, entre 16 y 24 años.

Para aplacar el deseo de los presentes de seguir escuchándole, Bell tocó la breve pieza Estrellita del compositor Manuel M. Ponce.

La apuesta de Interamericana de Producciones, la empresa que contrató y trajo a Costa Rica los músicos, se revelaba ya, a esta altura de la noche, como un acierto.

Como lo explicara su director artístico Carlos Buitrago, la Filarmónica Joven de Colombia es un proyecto musical que tiene como norte la excelencia y eso se nota en el escenario, en el que sus integrantes visten formalmente, al tiempo que le dan a su indumentaria ese toque tropical al llevar tenis.

La reacción de las gentes en el intermedio no dejaba dudas: la orquesta había causado asombro y probaba el por qué un músico como Bell se tomaba el desafío de tocar con la agrupación.

En la segunda parte del concierto, que contó con una muy buena asistencia de público, la Filarmónica interpretó la Sinfonía número 10 en mi menor, Op 93 de Dmitri Shostakovich y terminó por seducir y enamorar a los presentes.

La orquesta cerró con una pieza extra de corte tropical, donde los músicos soltaron amarras para deleite del público

Un grupo joven, la Filarmónica cambia cada año a sus integrantes, demostró que aspirar a la excelencia es el mejor medio de volar alto.

Talento, disciplina y sueños: tres caminos que transita la Filarmónica Joven de Colombia, un proyecto que inspira a los amantes de la música clásica y del arte en general.

Bell y la Filarmónica dieron una lección de entrega y altura musical.

El director venezolano Rafael Payare mientras guíaba a sus músicos en el concierto del 8 de julio en el Melico Salazar (Foto cortesía de Interamericana de Producciones).

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