(MIÉRCOLES 08 DE JUNIO -2022- EL JORNAL). Jicaral bajó a la Segunda División por la diferencia de un punto en relación con Guanacasteca. Y ahora su presidente Roy Barrantes pone el grito al cielo y asegura que se deben investigar anomalías con la posible relación entre Herediano y los pamperos y soltó otras yerbas, al tiempo que pidió la congelación del descenso.
Tiene todo el derecho Jicaral y su presidente de exigir transparencia. La misma transparencia que reclama un sector del periodismo y de la afición a la Federación de Fútbol.
Hay situaciones no claras y nadie las pone en su lugar. Lo del arbitraje. Ellas llamadas no ede ra por el día San Valentín. Tenían un interés específico, pero cuándo dará su informe el fiscal de Integridad de la FIFA: no se sabe, quizá en 2025.
Y se habla por todos lados de que en el fútbol costarricense se da la multipropiedad: bueno ante ello, la Federación debería de realizar una investigación exhaustiva y determinar si es cierto o solo son rumores, como decía la canción de Antonio Prieto.
Algún sector considera que la acción de Jicaral son patadas de ahogado y que no llegará a ninguna parte. Hay que ver la determinación que tiene el equipo de la península y si irá agotando instancias.
Mientras tanto, los fantasmas del fútbol nacional se alborotan en casa, la Selección ya se encuentra en Catar para el decisivo encuentro ante Nueva Zelanda. Lástima que este fútbol no mira al futuro y vive estancado. El cuento chino que nos han venido contando es el mismo desde hace tres décadas. Los pequeños avances en infraestructura se los traga la mala y pobre administración general del balompié tico.
Con muchas nubes en el horizonte, Costa Rica buscará la clasificación al Mundial de Catar 2022, sin tener, la verdad sea dicha, la casa limpia y ordenada. Es la triste realidad de esta tragicomedia que es nuestro fútbol.
