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Historia y milagros de La Negrita de Los Ángeles

Por Vladimir de la Cruz*

(MIÉRCOLES 02 DE AGOSTO-EL JORNAL). Celebramos hoy, 2 de agosto, 388 años de la leyenda, de la tradición histórica y popular; de la herencia cultural; de las apariciones y hallazgos, milagros, devoción, culto y fe religiosa más importante del país. La aparición de la imagen de la Virgen de los Ángeles es la expresión más elevada de la Virgen María y de la historia religiosa oral y escrita relacionada con la tradición mariana en Costa Rica.

Su expresión divina y humana refleja la realidad histórica de su origen; su identificación socio cultural con el pueblo; con la mujer, la madre y el hijo; con la feminidad y la maternidad.

A ella se asocia la fortaleza, la sabiduría, la virginalidad y la doncellez; la discreción y el silencio; los dones de la sencillez, la humildad, la sensibilidad, la nobleza, la pobreza y la solidaridad destacan en su culto. Es también símbolo de triunfadora, benefactora y salvadora, mediadora y unitaria.

En Latinoamérica hay otras Vírgenes, similares a la Patrona Nacional, que forman parte de la historia de cada país y de su religiosidad.

Por la presencia católica en toda Latinoamérica, tanto en la española como en la portuguesa, bajo la dominación de la conquista y la colonia, estas imágenes y leyendas religiosas se dieron, con casi las mismas características de su origen. No hay, sin embargo, otras Vírgenes de los Ángeles, como patronas de esos países. La única es la de Costa Rica, la nuestra. En cierta forma la Virgen de los Ángeles es el mayor símbolo religioso costarricense.

VÍRGENES EN AMÉRICA LATINA

Para Argentina, Uruguay y Paraguay, desde 1630, está la declaración oficial de la Virgen de Luján, considerada Patrona de estas tres Repúblicas.

En Bolivia, la Virgen de Copacabana, desde 1583, también llamada Virgen Candelaria de Copacabana, cuya veneración se da en Copacabana, en el Departamento de La Paz, en Bolivia, veneración que también se extendió a Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú.

En el caso brasileño, su culto se inició, con la leyenda de su aparición a un joven pescador en una playa. En Brasil también está la Virgen Nuestra Señora Aparecida, que es la que tiene la advocación mariana de Patrona de Brasil, así nombrada por Pío XI en 1930 En Colombia su culto se inició en 1702, y en Lima, Perú, a finales del siglo XVI. En Chile es la Virgen de Nuestra Señora del Carmen de Maipú, desde 1817, aunque nombrada Patrona de Chile en 1923 y coronada como tal en 1926. Su primer templo lo hizo Pedro de Valdivia en 1540.

En Colombia es la virgen de Nuestra Señora de Chiquinquirá, virgen que también se le rinde culto con peregrinajes en Maracaibo, Venezuela, el 18 de noviembre, que es la celebración de su fiesta patronal.

En Cuba, el culto es hacia la virgen Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, devoción que inició en 1628, con pescadores que encontraron su imagen; declarada Patrona de Cuba desde 1916.

En El Salvador la tradición se remonta con la virgen de Nuestra Señora de la Paz, desde 1682, Patrona Nacional desde 1966. En Guatemala la devoción es hacia la Virgen del Rosario, cuya primera cofradía se fundó en 1559, y es Patrona de Guatemala desde 1934. En Honduras lo es la virgen de Nuestra Señora de Suyapa, cuya tradición se remonta a 1747; declarada Patrona desde 1925.

En México, la virgen Nuestra Señora de Guadalupe, está asociada al indio Juan Diego. El Papa Pío X la proclamó Patrona de toda América Latina. En Nicaragua lo es la virgen de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de “El Viejo”, cuyas raíces se remontan a 1562, conceptuada como Patrona desde el 2001, por la Confederación Episcopal de Nicaragua, celebración que se realiza cada 8 de diciembre.

En Panamá es la Virgen Santa María La Antigua, asociada a la fundación de la ciudad de Santa María del Darién, en 1510, Patrona Nacional de Panamá desde el 2000.

En Paraguay también se le rinde culto a la Virgen Nuestra Señora de la Concepción de Caacupé. En Perú a Nuestra Señora de la Merced, introducida por los padres Mercedarios, que le rinden culto desde el siglo XIII. En Puerto Rico la virgen es Nuestra Señora de la Divina Providencia, Patrona desde 1969. En República Dominicana es la Virgen de Nuestra Señora de las Mercedes de Altagracia.

En Uruguay es la virgen Nuestra Señora de los Treinta y Tres, refiriendo a los 33 patriotas que declararon la Asamblea Soberana el 14 de junio de 1825, que el 25 de agosto de ese año proclamaron la Independencia y pusieron la patria bajo su protección, declarada por el Papa Juan XXIII Patrona de Uruguay, en 1961.

En Venezuela la Virgen de Coromoto, cuya leyenda viene desde 1651, fue declarada Patrona de la República de Venezuela el 7 de octubre de 1944.

En las islas de las Antillas también hay vírgenes. Así, en la Martinica está Nuestra Señora Virgen Libertadora; en la isla Trinidad está la virgen Nuestra Señora Virgen de Levantille; en la Antilla Guadalupe es Nuestra Señora del Carmen; y en la isla Dominica la virgen es Nuestra Señora del Refugio.

En general, en Latinoamérica se asocia a estas vírgenes a la formación de la conciencia y sentido nacional; a la idea de patria y a su defensa. En la Independencia latinoamericana estuvo presente la imagen de estas vírgenes con sabor a criollo, mestizo, indio, negro, pardo.

En todas ellas, su representación morena refleja su época. La política, la sociedad, la economía, la ideología y la cultura se mezclan en ellas.

EL HALLAZGO

En el caso de Costa Rica, con la Virgen de los Ángeles, se ubica su hallazgo entre 1635 y 1639, en la Puebla de los Pardos, o la Gotera, de Cartago. Su culto primero fue regional, luego nacional.

Según la Leyenda, la Virgen de los Ángeles apareció en la Puebla de los Pardos, de Cartago, generando desde entonces el culto de amor y de pasión que se le rinde, por el pueblo costarricense.

La imagen que se venera en el Santuario de los Ángeles, la encontró una mulata, en una piedra; ella, conocida y bautizada como Juana Pereira. El hallazgo borró la línea divisoria entre la clase dominante de los españoles y la de los dominados; facilitó la fusión de sangres y posibilitó la formación del costarricense.

El 2 de agosto de 1635 es la fecha que se atribuye a la mulata Juana Pereira cuando encontró la pequeña estatua con su figura.

En 1649 se inició la tradición de la romería hacia la Virgen de los Ángeles entre los pueblos de la Provincia de Costa Rica.

En 1652 se creó la Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles, en Cartago. En 1653 ya se le estimaba milagrosa. Desde 1678 se conoce su ermita, la cual fue construida con limosnas.

Ante las erupciones del Volcán Irazú, sus temblores y terremotos, se le sacaba en procesión; se le cantaba y rezaba.

En 1737 se le dio su primer patronazgo a Cartago y se estableció el 2 de agosto feriado en su nombre. En ese momento, se le dio el título de Abogada “por su defensa y socorro en cualquier tribulación”.

El 2 de agosto de 1737 se estableció el feriado en su nombre.

El 14 de julio de 1756 se oficializó su celebración. En procesión solemne se le juró «recibir, venerar y tenerla por Abogada… para mejor asegurar su defensa y pedirle socorro en cualquier tribulación».

PATRONA ESPECIAL

El 14 de julio de 1782 se le declaró Patrona especial.

Al finalizar la colonia, el 13 de octubre de 1821 el Ayuntamiento de Cartago, que conoció los Documentos de la Independencia, acordó «que se suplicase… a la Patrona General… nos favorezca con los auxilios de su santísima gracia para nuestras determinaciones en la época tan lamentable…».

El 23 de setiembre de 1824 el Congreso Constituyente del Estado de Costa Rica decretó que “La Virgen de los Ángeles, Madre de Dios y Señora nuestra, es y será en lo sucesivo La Patrona del Estado de Costa Rica”.

Al día siguiente, el 24 de setiembre 1824, hace 199 años, el Jefe Supremo del Estado de Costa Rica, el primer Jefe de Estado, Juan Mora Fernández, ordenó que se guarde, se cumpla y se ejecute dicho Decreto en todos sus extremos.

El 9 de octubre de 1835, en el desarrollo de la llamada Guerra de la Liga, denominada así por la oposición de Cartago, Heredia y Alajuela, en contra de las pretensiones de San José por conservar la capital del Estado, en esta fecha, 1.300 efectivos de Cartago, se sitúan en Curridabat, en tanto que 3.000 de Heredia y Alajuela, acampan en San Juan del Murciélago, hoy Tibás.

Para su protección y como emblema de fuerza y apoyo celestial, los cartagineses traían consigo la imagen de la Virgen de los Ángeles.

“En los despojos de los cartagineses vencidos, fueron encontrados muchos cohetes incendiarios…, pero el mayor trofeo fue la imagen milagrosa de la Virgen de los Ángeles.” La imagen no fue devuelta a Cartago de inmediato, sino que permaneció custodiada en la Iglesia de la Merced. Siete años después, en el mes de julio de 1842, por disposición de Morazán, regresó a Cartago.

En 1850 se realizó la erección de la Diócesis de Costa Rica. Con ella se produjo la independencia eclesiástica de la Iglesia de Costa Rica, la que dependía de la Iglesia y del Obispado de León, de Nicaragua.

En 1852 se firmó el Concordato con el Vaticano, reconociéndose mutuamente como Estados Costa Rica y el Vaticano, como parte de las primeras relaciones diplomáticas que iniciaba el país, al declararse la República, en 1848. El nombramiento del primer Obispo costarricense, Dr. Anselmo Llorente y La fuente fue muy importante en ese momento. Así, el 4 de setiembre de 1852 se consagró a la Iglesia de los Ángeles.

GUERRA CONTRA LOS FILIBUSTEROS

En 1856, se le invocó a la Virgen de los Ángeles, en la guerra contra los filibusteros.

El 2 de marzo de 1862 se le dio el título de Basílica al Santuario de los Ángeles.

El 21 de enero de 1872, el Papa Pío IX concedió a perpetuidad la Indulgencia Plenaria, y remisión de todos los pecados, a quienes visitaren, devota y verdaderamente arrepentidos, confesados y comulgados, a la Virgen de los Ángeles, cada 2 de agosto.

Hasta 1875 la imagen de la virgencita, en las procesiones, era conducida bajo palio, que es un armazón de cuatro o más varas largas que transportan varias personas, donde va la imagen religiosa, en ceremonias religiosas. Se prohibió esta tradición por ser contraria a la liturgia, y se le hizo una Novena para sustituir la del Perpetuo Socorro que se rezaba el 2 de agosto.

En 1921 se creó la Provincia Eclesiástica de Costa Rica, que se formó con la arquidiócesis de San José y las diócesis sufragáneas de Alajuela y el Vicariato de Limón.

El Congreso de la República, en 1924, al cumplirse el centenario confirmó y proclamó la Tradición de la Virgen de los Ángeles y, el 26 de noviembre, la Sagrada Congregación de Ritos de la Iglesia aprobó el nuevo oficio.

En 1926 se la coronó y, nuevamente, se la volvió a coronar en 1936.

El 26 de julio de 1935 se le dio al Santuario el título de Basílica Menor, con motivo de cumplirse el tricentenario del surgimiento de la Leyenda de la Virgen. En 1944 se elevó el antiguo Santuario a Parroquia.

SEGUNDA CORONACIÓN

El 2 de diciembre de 1956 se realizó la Segunda Coronación, como Reina del Trabajador, en el Segundo Congreso Nacional de la Juventud Obrera Católica, JOC.

Dentro de las tradiciones culturales y religiosas de Costa Rica, y de Centroamérica, la peregrinación y romería a la Virgen de Los Ángeles, cada dos de agosto, es la más fuerte y arraigada. El Papa Juan Pablo II la declaró Protectora de las Américas.

En el mes de marzo del 2020, con motivo del surgimiento de la Pandemia del Covid-19, y los primeros casos que se dieron en Costa Rica, la imagen de la Virgen de los Ángeles, Patrona de Costa Rica, se llevó en sobrevuelo por diversas partes del país como un acto de fe y protección ante la propagación del Covid-19.

Los romeros, los caminantes, los peregrinos que se movilizan hacia la Basílica de los Ángeles en Cartago, desde días antes inician sus caminatas, cuando se desplazan de muy lejos, concentrándose la mayor afluencia el 31 de julio y el 1 de agosto, para llegar ante la imagen de la Virgen de los Ángeles el dos de agosto.

Después de esta actividad se hará la pasada de la Virgen de los Ángeles a la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, de Cartago, por un mes, que culmina en la primera semana de setiembre, cuando de nuevo regresa la Virgen de los Ángeles a la Basílica.

Esta celebración de la pasada viene desde 1782. Actualmente se realiza cargándola los fieles en andas o en carroza, vestida de gala, por las calles de Cartago, que se preparan con alfombras de colores hechas con flores y aserrín.

Con esta pasada concluye formalmente toda la actividad veneradora de la Virgen de los Ángeles, que da inicio con la romería.

 

*Doctor en Historia. Artículo publicado con autorización del autor.

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