José Eduardo Mora
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 24 DE JUNIO DE 2015-EL JORNAL). Al suicidio hay que plantarle cara. Hay que enfrentarlo, combatirlo y desmitificarlo: solo de esa manera se le puede disminuir y hacer que la vida triunfe sobre la muerte.
Esas son algunas de las consideracione
s que expresa en esta entrevista exclusiva con EL JORNAL, el doctor Sergio Pérez Barrero, prestigioso psiquiatra de una amplia trayectoria, en la que ha dedicado su vida entera a acompañar a quienes sufren de ideas suicidas, así como a las familias que han padecido este mal.
Desde La Habana, Cuba, nos ha contestado una serie de interrogantes sobre este fenómeno social en crecimiento en muchos países de América Latina, y sobre el que existen una serie de mitos que atentan contra el adecuado abordaje de un tema tan delicado e importante.
El doctor Pérez es el fundador de la sección de Suicidiología de la Organización Mundial de Psiquiatría (WPA, por sus siglas en inglés) y a sus 62 años ha publicado una gran cantidad de artículos sobre el tema y sigue en pie de lucha a favor de la vida, por lo que continúa, en sus clases, y en su quehacer intelectual, investigando el fenómeno social del suicidio.
El tema en Costa Rica cobra especial relevancia, dado que el país, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) presenta una tasa promedio de siete suicidios por cada 100.000 habitantes.
Como experto en el tema, ¿qué es lo más le preocupa respecto al fenómeno mundial del suicidio?
–Su incremento entre los adolescentes y jóvenes.
¿De qué forma se cataloga el suicidio: un acto, una condición mental, una enfermedad?
–El suicidio es un acto autodestructivo con intención de morir, y muy frecuentemente es un síntoma de alguna condición mental o física, y otras veces la primera o última manifestación de una existencia infeliz.
¿Es evitable?
–En la mayoría de los sujetos que se encuentran en crisis suicida si se diagnostica oportunamente y se toman las medidas precisas, el suicidio es evitable. Mantener vivo a un sujeto en crisis suicida es menos costoso que mantener vivo a un infartado del miocardio.
Por lo general, hay un gran desconocimiento sobre el suicidio. En ese sentido, ¿cuáles son los principales mitos alrededor de este acto?
–Los principales mitos que más conspiran contra la prevención son los siguientes: El creer que quien lo dice no lo hace, desconociendo las amenazas como forma de comunicación suicida, y en la “suicidiologis”, “perro que ladra sí muerde”.
Si a alguien se le pregunta si está pensando matarse, se le puede incitar a hacerlo, y ello evita que se haga la pregunta que le pudo haber salvado la vida.
¿Ha encontrado la ciencia alguna predeterminación psicológica o genética que explique algún determinismo respecto al suicidio?
–Aún no hay nada concreto que explique el suicidio, aunque la impulsividad, la agresividad, la incapacidad para encontrar mecanismos alternativos de adaptación están en su génesis.
El modelo diátesis, que indica las predisposiciones al suicidio, junto al estrés, son parte de la explicación de este fenómeno que responde a causas multivariadas.
Llama la atención, doctor Pérez, que el suicidio fuera, entre 2008 y 2009, la décima causa de muerte en el ámbito mundial. ¿Qué deben hacer las instituciones y los Estados para combatir este mal?
–Los Estados deben incluir la prevención del suicidio entre sus prioridades, pero haciendo énfasis en mejorar el bienestar de sus habitantes, para que gocen de una buena salud mental.
Las instituciones, empezando por la más importante que es la familia, deben desmitificar esta causa de muerte y evitar el síndrome del misterio y contribuir a que su prevención sea enfrentada de manera similar a las demás causas de muerte.
En las autopistas hay señales suficientes para evitar las muertes por accidentes de transito, pero no hay una valla que diga «NO AL SUICIDIO» .
¿Por qué el hombre es más propicio al suicidio que la mujer?
–Excepto en las zonas rurales de China, donde es a la inversa, el hombre se suicida más por que asiste con menos frecuencia en búsqueda de ayuda profesional, y utiliza métodos más mortales que las mujeres.
Con base en su amplia experiencia, ¿cuáles son los grupos más propensos al suicidio?
–No me gusta hablar de factores de riesgo, sino de grupos de riesgo, que son los siguientes: los que ya han intentado el suicidio, entre los enfermos mentales, los deprimidos, los que han amenazado con suicidarse o tienen ideas suicidas, los familiares del suicida y los sujetos vulnerables en situación de crisis suicida.
¿Cómo pueden los medios masivos contribuir a disminuir las tasas de suicidio?
–Capacitando a sus periodistas en cómo tratar la información relacionada con las muertes por suicidio y convertirlos en valiosísimos aliados en la disminución de esta causa de muerte.
¿Qué indican los números de suicidio en niños y adolescentes en términos generales?
–Que el suicidio es una muerte que puede afectar a cualquier individuo, pero mientras más joven sea el individuo, mayor cantidad de años de vida se pierden.
Se dice que Internet es un hervidero de información de cómo una persona puede suicidarse. ¿Hay forma de combatir esta tendencia?
–También hay muchos sitios para prevenir el suicidio de sendas organizaciones. Hay escritos y direcciones de correos electrónicos de personas que previenen el suicidio, Facebook se ha sumado a la prevención del suicidio y los sitios web de los medios pudieran convertirse también en colaboradores.
De hecho, puede incluir mi email en la web de su prestigioso diario para realizar consultas gratuitas a toda persona en crisis suicida que se decida utilizar este medio. (serper.grm@infomed.sld.cu)
Respecto al mundo, ¿cómo cataloga la situación del suicidio en América Latina?
–Se han incrementado las tasas de suicidio notablemente en muchos de nuestros países como Guyana, Uruguay, Brasil, Trinidad Tobago y México, etc.
¿Qué consejos le daría a una persona que ha intentado suicidarse?
–El intento suicida puede ser el inicio de una vida diferente para mejor en muchos sujetos que aprenden a quererse mejor y a respetarse más. Quien intenta el suicidio, tiene muchas cosas magníficas en su personalidad, que son con las que hay que trabajar para que aprenda mecanismos de adaptación no autodestructivos.
