(MIÉRCOLES 27 DE SEPTIEMBRE-EL JORNAL). Ahora que Antonio Mohamed e Ignacio Nacho Ambriz han descartado estar medianamente cerca de llegar a la Selección Nacional, queda una vez más claro que el mejor candidato para dirigir a la Tricolor es Alexandre Guimaraes.
Tiene todo para devolverle el brillo al equipo nacional: experiencia, dos mundiales como entrenador, uno como futbolista, y el haber dirigido en la India, México y recientemente en una liga tan competitiva con la colombiana, en la que salió campeón con el América de Cali.
A Guimaraes le sobran atestados y a ello hay que agregar que conoce la idiosincrasia del futbolista costarricense mejor que nadie. Entonces, la pregunta del millón de euros es: ¿por qué Claudio Vivas y Osael Maroto lo desecharon? Sería un ejercicio extraordinario de transparencia que le digan a la afición por qué a alguien con tales atributos, ellos no lo consideran para el cargo.
Eso es tener la mejor joya en la casa y salir a buscar arte falso a la calle. No me sorprende porque es la cultura, ya centenaria, del serrucha piso, que tanto han padecido quienes destacan en nuestra patria, desde artistas a deportistas y políticos honrados, que los hay, aunque cueste encontrarlos.
En ese sentido, como diría Guima, es inexplicable que estando él sin ningún vínculo en este momento, no lo hayan tomado en cuenta.
El mejor entrenador posible hoy para la Selección por tiempo, conocimiento, logros y amor al equipo nacional es Guimaraes. En vez de ello, veo que la dirigencia lo que da son palos de ciego.
Se habla de Mano Menezes, pero es extraño que un entrenador top quiera bajarse el sueldo diez veces para venir a esta pequeña Costa Rica que tiene en su casa al técnico ideal y lo desecha solo por el pecado de haber sido exitoso.
Todavía están a tiempo de rectificar y si lo hacen se darán cuenta de que esa será, posiblemente, la mejor decisión que tomará Maroto y su Comité Ejecutivo durante su estancia en la Federación.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL