PALESTRA
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, LUNES 30 DE JUNIO, 2014-EL JORNAL). La doctrina jurídica dice que todo abuso lleva implícitamente una relación de poder que el victimario impone sobre su víctima gracias a la ignorancia de ésta, su falta de capacidad física o debilidad de diverso tipo.
Así es como se habla jurídicamente de abusos deshonestos como aquellas agresiones sexuales que atentan contra el pudor de la víctima, sin que necesariamente se llegue al coito, pero que causa dolor particular y un innegable daño social.
También hablamos de abuso de poder cuando cada vez que alguien en está relación de superioridad (capacidad de imponer su voluntad sobre éstos) justifica sus posiciones en forma legal o sin ley, cuya conducta siempre se encamina a ocasionar un daño directo o socialmente evidente.
El abusador favorece siempre sus posiciones debido a su superior destreza mental, posición social, fuerza, conocimiento, tecnología, armas, riqueza, o la confianza que tienen en él. Utiliza ese poder justificada o injustificadamente para dañar a ésos otros, o mediante su falta de acción permite que ésos otros sean explotados o dañados.
Manosear a cuatro millones de costarricenses imbuidos en pleno mundial de Brasil para imponer sendos garrotazos a los combustibles y servicios públicos, entiendo que es una vieja inmoralidad de quienes nos han venido gobernando en los últimos treinta años, pero es un acto obsceno, vulgar, de voyerismo, sí se quiere, porque todas sus víctimas están maniatadas y medias ebrias.
No es necesario que todos los usuarios queden “embarazados” para darnos cuenta que semejante manoseo va contra el pudor, por cuanto ni el aumentador general de la república ni la refinadora de petróleo se han dignado alguna vez de demostrarnos como se reflejan socialmente los sacrificios de sus víctimas.
Por el contrario, con el aplauso de los distintos gobiernos- me temo que de ello no escapa ya el del PAC- hacen burla de la mansedumbre costarricense, que ve resignada como, cuando se trata de disminuciones de precios de los combustibles, duran días para que se les devuelvan pinches cinco o diez pesos.
No es posible que tengamos las peores vías de Centroamérica; el precio de los combustibles más caros del área y el aumentador general de tarifas argumente que todo se debe al impuesto de las gasolinas, mientras Recope está pendiente de cuáles son los vientos alisios que corren en Texas, Estados Unidos, para tener justificación banal para acrecentar sus recursos .
Y Recope no nos dice cuánto petróleo refina aquí adentro, ni cómo se favorece a las compañías navieras que traen hidrocarburos; los diputados autollamados defensores del pueblo vuelven la vista para otro lado cuando se trata de pedir una intervención de la refinadora, mientras la inflación creada por estos señores devora el bolsillo más allá de quienes tienen vehículos. ¡Esto me indigna por inmoral¡. No sé a usted, a mí sí.
Periodista, abogado y notario UCR.
