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Fútbol y cardiología

 

ENTRE PARÉNTESIS

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José Eduardo Mora*

 

(SAN JOSÉ, DOMINGO 25 DE MAYO, 2014-EL JORNAL). La Asociación de Cardiología de España había advertido de que durante el juego Real Madrid-Atlético era conveniente caminar en el entretiempo, respirar por un minuto sin seguir las acciones en la televisión y evitar consumir alcohol o fumar para evitar una fatal eventualidad.

Lo que no sospechaban los especialistas españoles es que esa final iba a tener un guion de infarto y un cierre de esas magnitudes, porque de haberlo sospechado habrían recomendado seguirla en diferido para evitar muertes prematuras.

La magia del fútbol no tuvo límites en el Estadio de la Luz y confirmó, una vez más, que la realidad supera, en mucho, a la ficción, porque nadie esperaba la resurrección del Madrid sobre la hora y menos de esa manera tan espectacular.

Si hubiese sido una película el guionista tendría que ser aplazado en el arte de narrar, porque un desenlace de esa magnitud sencillamente era inverosímil, pero he ahí la magia del fútbol: era realidad lo que sucedía en la gramilla.

 

La explosión de júbilo en ese minuto 93, después de que Sergio Ramos tocase la gloria y la inmortalidad en esos segundos decisivos, mientras el digno Atlético se hundía en el aliento final y despertaba todos los fantasmas de su leyenda, tenían el sello inequívoco de la realidad.

La realidad versus la ficción: 10-0 a favor de la primera. Por eso Boris Polevoi, autor de “Un hombre de verdad”, contaba que una vez le presentó a su mentor un libro y que este lo bajó de la nube de la ficción y lo mandó a observar la realidad: lo que sucede a su alrededor, le dijo, le puede proporcionar materiales maravillosos para su literatura.

Y no dejaba de tener razón, porque esa final en Lisboa, a donde miles de aficionados acudieron en peregrinación para santiguarse ante el altar del fútbol, parece sacada de una mente marcada por la imaginación sin límites.

El fútbol vivió en Lisboa una noche con los ingredientes propios de la ficción, solo que ni para el Real ni para el Atlético, aquello fue un sueño: sino realidad en estado puro y tan intensa que la silenciosa advertencia de la Asociación de Cardiología de España debió salvar muchas vidas tras ese cabezazo inmortal de Sergio Ramos.

 *El autor es director de EL JORNAL y Máster en Literatura.

 

 

 

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