(MIÉRCOLES 24 DE AGOSTO, 2022-EL JORNAL). “Y tú con tanto mar y yo con un velero” dijo alguna vez el poeta Jorge Charpentier. Imagen viva de lo que es hoy nuestro fútbol: insípido. Sin ton ni son. Sin una pizca de sal.
¿Príncipes o pordioseros? Nunca se sabe qué pasará cuando del fútbol de Costa Rica se trata. La inconstancia es la regla en este balompié que hoy presume de cinco citas mundialistas mayores, a las puertas de la sexta, pero que ante un desconocido Pacific FC de Canadá es capaz de rozar el ridículo.
Mientras tanto, en la lejana Nicaragua, lejana futbolísticamente hablando, vemos cómo el Diriangén echa de la competencia al Comunicaciones, flamante campeón.
Si nuestro fútbol no es capaz de ser líder y amo en Centroamérica, es que esos avances de los que nos hablan técnicos y dirigentes son solo un espejismo, por no decir humo, para que no se le vayan a nublar las ideas a unos cuantos sensibles, quienes no soportan las críticas, incluso cuando estas son fundamentadas.
Herediano cayó 1 a 0 ante el Pacific de Canadá y por eso tuvo que ir a penales, en los que una vez más Esteban Alvarado demostró su calidad como portero, incluso antes en el juego ya había evitado una derrota mayor.
En este contexto, también se avecina el juego del Cartaginés, que hizo un muy mal juego en Honduras, y ahora ante su afición tiene la obligación de reivindicarse.
Mucha táctica, mucho plan, mucho miedo: esto caracteriza a nuestros equipos. Deberíamos volver a aquellas sabias palabras de don Marvin Rodríguez, quien siempre terminaba sus charlas de esta manera: ‘muchachos, acuérdense, el fútbol son once contra once y la bola es redonda’.
Hay entrenadores nuestros que van perdiendo 48 horas antes de que el balón empiece a rodar.
La clave sería preguntarse: ¿dónde se ubica nuestro fútbol? ¿Va camino al futuro o al paso del cangrejo?. ¿Qué respondería don Hernán Medford?