(MIÉRCOLES 24 DE ABRIL-2024-EL JORNAL). En una magnífica entrevista publicada hoy en Marca, Jamal Musiala cuenta cómo en realidad se hizo futbolista practicando en el jardín, porque su padre siempre le insistió que las prácticas reguladas eran insuficientes para ser la estrella que él soñó ser.
El pequeño Musiala comenzó a jugar en el jardín sin cansancio y con una constancia que hoy le ha permitido ser una de las joyas del Bayern Múnich y de la Selección Alemana.
“Desde que era muy pequeño, entrenaba en el jardín de casa o fuera en la calle, en el parque con mi padre, con amigos… siempre estaba entrenando. Me pasaba las horas haciendo uno contra uno contra mi padre y driblando con la ayuda de conos. Y eso creo que me ayudó mucho. Una cosa que él siempre me dijo es que el entrenamiento que haces en tu club, cuando eres joven, no es suficiente”.
En esta declaración, hay una filosofía completa y llama a la meditación en el sentido de que habría que reproducir ese modelo en los entrenamientos, que al día de hoy se han vuelto tan mecánicos y controlados, que no dejaba de tener razón José Luis Mendilibar, hoy entrenador del Olimpiacos de Grecia, cuando decía que los campos de fútbol parecen pistas de aterrizaje, llenos de conos.
En Costa Rica los niños jugaban en los potreros, en las calles y en las plazas, la mayoría de las cuales hoy están cerradas por los Comités de Deportes, los que en un alto número figuran por su extraordinaria ineficiencia.
Así que cuando un niño decide ir con su padre a jugar al fútbol a la cancha de su pueblo, se topa con un portón bien cerrado con un gran candado y entonces tiene que regresarse a casa a jugar videojuegos si la situación económica lo permite, o a ejercer el sedentarismo desde muy joven.
El fútbol en el jardín es el que ha hecho a Musiala un jugador distinto, porque practicaba el uno contra uno hasta el cansancio, al tiempo que reforzaba elementos técnicos que no se trabajaban en los entrenamientos regulares.
Hay que volver al jardín, o al espacio metafórico que este pueda representar, para que salgan a la luz esos grandes judadores en ciernes que tanto estamos esperando en Costa Rica.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL