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Franquicias y  ‘Acción de Gracias’

(MIÉRCOLES 23 DE FEBRERO, 2022-EL JORNAL). Que el mundo está patas arriba lo dijo hasta la saciedad el gran Eduardo Galeano, pero esa expresión muchas veces se queda corta para retratar la realidad.

Mientras en el Comité de Licencias de la Federación de Fútbol anuncian la desvinculación de Limón Fútbol Club, al mismo tiempo se concoe que la franquicia de Marineros de Puntarenas podría pasar a Puerto Viejo, y detrás está uno de los empresarios –Celso Gamboa—que estuvo vinculado al fallido proyecto limonense.

Por eso, en un ambiente futbolístico como el costarricense, mientras no haya seriedad en la dirigencia, pueden nombrar a una directora ejecutiva, o a mil, que nada va a cambiar.

Y ese mundo al revés, en Costa Rica, no es propiedad exclusiva de la dirigencia futbolística. Un grupo de diputados, que no saben en qué órbita están, anuncian el deseo de que en Costa Rica se celebre el Día de Acción de Gracias.

Dios mío, qué decadencia, qué falta de luces, la misma falta de luces por la que atraviesa el fútbol nacional, cuyos dirigentes no se han dado cuenta de que hace ya muchos años el balompié es una industria y que hay que manejarla con la visión y el profesionalismo que demandan los altos negocios, de lo contrario, tendremos franquicias que van y vienen sin ton ni son, sin pena ni gloria, de promesa en promesa, como si fuera un bolero de mediados de los años cincuenta.

En la presentación de Victoria Gamboa Ross, la nueva directora ejecutiva de Unafut, se dijo que el fútbol nacional debe ascender a otro nivel, pero dicha aspiración solo se puede refrendar con cambios estructurales que lo posibiliten, mientras no se hagan dichos ajustes, estaremos en un ejercicio de maquillaje solamente.

Como el que ocurre con las franquicias de los equipos que hoy están en Golfito, mañana en Palmares y pasado mañana en Liberia. Ha sido un viacrucis profano y estéril. El día que se quiera trabajar en serio en el fútbol nacional, ese día descubriremos que hemos desperdiciado enormes dosis de talento. Igual sucede en la orilla, donde a partir de discursos mesiánicos piensan que nuestra identidad se puede reforzar con el Día de Acción de Gracias.

Cuando miopía y populismo aparecen en el escenario futbolístico y político, respectivamente, es hora de que el último apague la luz y sintonice la música del Titanic.

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL

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