(SAN JOSÉ, 03 DE MAYO, 2014-EL JORNAL). No faltará un curioso que diga que si los conservadores apuraron la santificación de Juan Pablo II, el Papa corrió para hacer un equilibrio con Juan XIII, y continuar así con sus reformas en el Vaticano.
Las luces mediáticas de las cadenas de televisión bajaron de pronto y cientos de reporteros occidentales guardaron sus “chunches” en la Plaza de San Pedro, cuando desde las paredes del Vaticano salían susurros sobre qué pasó con el segundo milagro de Juan XXIII, y por qué dos Papas declarados santos a la vez, si ambos marcaron caminos diferentes. Eso sucedió el domingo 27 de abril.
Si bien Juan XXIII llegó a los altares sin su segundo milagro registrado; eso no importa, porque el Papa tiene potestad para desconocer esta exigencia. Esta opción legal permitió al Obispo de Roma para que el primero y Juan Pablo II ocupen igual lugar en los altares.
Quien fuere Juna XXIII- tiene una larga trayectoria diplomática en Bulgaria, Turquía, Grecia y Francia, antes de llegar un papado marcado no solo por el llamado a la comprensión con otras religiones, sino por las desgracias acarreadas por la Segunda Guerra Mundial.
Algunos de sus biógrafos recuerdan que Angelo Giuseppe Roncalli- así se llamaba antes de ser Juan XXIII- quedó marcado por su estadía en una Bulgaria pobre y una Turquía de mayoría musulmana, donde desarrolló el “don” de la tolerancia y el valor de la paz.
Era, por antonomasia un líder religioso no solo acostumbrado a bregar con profundas contradicciones religiosas, sino además con la destrucción dejada durante la Segunda Guerra Mundial.
Ello explica que tres meses después de asumir las riendas del Vaticano Juan XXIII convocó al Concilio Vaticano II que sacó de la “morriña” a incontables curitas acostumbrados a misas en latín que solo ellos entendían y de espalda a sus feligreses.
Ordenó a los clérigos predicar de frente a los creyentes y sus dos Encíclicas, “Madre y Maestra” y “Paz en la Tierra” marcaron un acercamiento hacia los menos favorecidos y abogó por la apertura de las jerarquías eclesiásticas. Aunque no vio culminada su obra porque murió antes de finalizar dicho Concilio, hay entendidos que hablan de un” antes” y un “después” de este cónclave.
CONSERVADORES ATACAN
El italiano Albino Luciani, convertido ya en Juan Pablo I, asumió el Vaticano en 1978 entusiasmado por la reformas del Concilio abierto por Juan XXIII, pero muere solo 33 días después de asumir el cargo. Su fallecimiento hoy sigue siendo fuente de toda especulación.
A diferencia de Juan XXIII, la canonización de Karol Wojtyla, el arzobispo de Cracovia convertido en Juan Pablo II en octubre de 1978, ocurre en tiempo récord.
Correspondió a Benedicto XVI el 1 de mayo de 2011- seis años luego de fallecer Juan Pablo II-, declar beato a su amigo y a Francisco le corresponde elevarlo hasta los altares, en un gesto de reconocimiento por los aportes dado a la Iglesia de Roma .
Líderes como Mijael Gorbachov, quien tuvo un relevante papel en la desintegración de la antigua Unión Soviética entre 1985 y 1989, no dudó en reconocer el papel de Juan Pablo II en Europa del Este y los sucesivos acontecimientos.
La velocidad con que se movieron los sectores más conservadores de la élite eclesiástica para llevar a Juan Pablo II como modelo a seguir llevó posiblemente al papa Francisco a presentar a Juan XXIII como otra prorrogativa posible, de cara a los desafíos que espera al Vaticano de cara al siglo XXI.
Así, a pocas horas de hacer santos a Juan XXIII y Juan Pablo II, el jefe del Vaticano convoca por cuarta vez en menos de un año al Consejo de Cardenales que sirve como su cuerpo asesor, en busca de simplificar estructuras de este pequeño Estado y abordar problemas urgentes que aquejan al poder religioso
Con antelación, el Papa había instituido el Ministerio de Finanzas para que enfrentase las ácidas críticas por corrupción hechas contra el Banco del Vaticano, mientras la Comisión Pontificia para protección de los menores lidia contra denuncias de abusos sexuales de cléricos casi en todo el mundo.
Dos nuevos santos, y un Papa que tiene el desafío de devolver credibilidad a la Iglesia Católica.
Periodista, abogado y notario UCR.