(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 26 DE NOVIEMBRE, 2016-EL JORNAL). Fidel Castro Ruz, quien murió la noche del 25 de noviembre en La Habana, Cuba, a sus 90 años, era un heredero directo del legado de José Martí, revolucionario que dio su vida en Dos Ríos, en pos de la independencia de su país.
La famosa frase martiana: Patria o muerte, muchos años después Castro la trocó por vencer o morir. La visión de soberanía que a lo largo de su vida defendió Martí, quien muriera a sus 42 en 1895 en una guerra impulsada por el Partido Revolucionario Cubano, fue la que alumbró siempre el camino de Castro, quien a su vez entrara triunfante el 1 de enero de 1959, tras derrocar a las fuerzas de Fulgencio Batista.
Castro, al igual que Martí, persiguió siempre el triunfo de las ideas y luego de la victoria revolucionaria, el Estado cubano optó por un fuerte anclaje social y por el desarrollo de las artes, que le eran tan caras a Martí.
Fidel, en definitiva, no puede entenderse ni concebirse sin la gran figura de Martí como inspirador no solo de su persona, sino también de una visión de Estado con un marcado acento social.