(MIÉRCOLES 06 DE DICIEMBRE-EL JORNAL). Alajuelense ganó con todo merecimiento la Copa Centroamericana, pero su celebración en todo momento estuvo condicionada por la sombra del Herediano, al que deberán enfrentar el próximo domingo.
En la American Central Cup, como es su nombre en inglés, los manudos estuvieron impecables: se van invictos y con todos los premios, aunque algunos no se entienden, como el que le dieron a Aaron Suárez y a Doryan Rodríguez, más por salir del paso que por mérito por parte de la organización.
Y la Liga que pudo tener un marco esplendoroso desde el punto de vista emocional, ganó la copa, celebró con rigor y a pensar en el equipo florense, porque el partido que hicieron en el primer juego fue tan malo, tan superlativamente malo, que fue una especie de celebración con la espada de Damocles encima.
Aunque anoche la Liga manejó bien el encuentro y nunca puso en riesgo su título, sí se le vieron algunas grietas que si las presenta contra los rojiamarillos, el afán de remontada quedará en el alambre.
Enorme reto el de los rojinegros, porque una semifinal la puede perder cualquiera: no siempre se puede ganar, pero siempre se debe perder con altura, haciendo que el rival tenga que recurrir a sus mejores recursos para doblegar y no como lo hizo Alajuelense en el Colleya Fonseca, donde hizo una presentación indigna de un equipo de su historia.
Celebración corta la de la Liga y a la sombra del Herediano, por haber estado ausente en el primer partido de la serie, donde quedó más que claro que los despistes, y máxime cuando son tan prolongados, se pagan con humillación y derrota.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodis