(JUEVES 18 DE ENERO-2024-EL JORNAL). El nivel del fútbol no solo se mejora entrenando bien y teniendo un plan de partido de acuerdo a las muy estudiadas circunstancias con que podría toparse un equipo, sino también a partir de altas aspiraciones.
Noto, sin embargo, que el techo del fútbol de Costa Rica está muy bajo, que los entrenadores, los colegas y un sector de los aficionados se conforman con muy poco, casi con nada.
Cartaginés, por ejemplo, estuvo a las puertas de celebrar que creó ‘muchas’ opciones de gol frente a Guanacasteca, con el que perdió de local y es rival directo por una plaza a la American Central Cup.
Anoche, escuchaba a un colega decir que Liberia perdía, pero que no se le podía pedir más, porque había apostado todo para conseguir el 1 a 1 frente a Herediano.
El técnico de Puntarenas, Douglas Sequeira, notó mejorías de su equipo, que jugaba en casa, ante Alajuelense, a pesar de que finalmente sucumbió, y contra el cual no generó ni una sola opción de gol.
Por su lado, el entrenador de la Liga, Andrés Carevic, se mostró satisfecho por la victoria en un terreno difícil, que es verdad, pero su equipo en los dos primeros partidos ha mostrado carencias a la hora de concretar las ocasiones, por lo que, en buena y sana teoría, no debería estar contento con el rendimiento en general.
En fin, que echo de menos que se aspire a la excelencia. Echo de menos la autocrítica. En cambio, abundan las justificaciones, los ‘casi, casi, casi’.
Hay demasiado conformismo en nuestro fútbol y eso se nota en la cancha, por más que los entrenadores, directivos e incluso algunos colegas quieran maquillarlo.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL