(MIÉRCOLES 13 DE NOVIEMBRE, 2024-EL JORNAL). El juego de la Selección de Costa Rica ante Panamá, mañana a las 8 p.m., servirá como un termómetro para saber si la forma en que la Tricolor venció a Guatemala fue una mejoría real o un espejismo.
Panamá, que de la mano de Thomas Christiansen, ha realizado un gran trabajo, es un equipo consolidado, con un esquema claro, con una disposición a manejar el juego siempre y con objetivos altos: ganar la Final Four el próximo año.
Entre tanto, en Costa Rica se está aún por decidir quién será el técnico. El Comité Ejecutivo apuesta por Claudio Vivas, pero si los resultados no le acompañan en la serie frente a los canaleros, difícilmente podrán legitimar ante la afición su escogencia.
Es una disyuntiva que debieron ahorrarse, cuando Gustavo Alfaro decidió irse a dirigir a Paraguay. Era la oportunidad de nombrar a un técnico, en su lugar, optaron por la figura del interino, que tantas dudas deja entre las partes involucradas.
De ahí que a parte del 6 a 1 en la serie del año pasado, que fue un desastre, y que para Christiansen es pasado, la Selección llega con esas nubes en el horizonte, porque no sabe si Vivas superará la prueba.
No bstante, es una oportunidad de oro, para que en la estadística y desde el punto de vista emocional, Costa Rica recorte distancias con Panamá.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL