(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 09 DE OCTUBRE DE 2017-EL JORNAL). En medio de la devastación que dejó a su paso la Tormenta Nate, los alumnos y la maestra de la escuela de Bajo de Plomo de Sabanillas de Acosta, una comunidad ubicada a 30 kilómetros al suroeste de San Ignacio, decidieron ir a clases hoy, pese a que el cantón permanece en alerta roja y con las lecciones suspendidas.
Alba Eulalia Sánchez, quien es la directora y maestra del citado centro de enseñanza, decidió convocar a los niños para aprovechar el tiempo y porque Bajo de Plomo tuvo la dicha de no sufrir serios daños por la tormenta.
Por la ubicación del lugar, muchos de sus pobladores suelen salir por Puriscal en vez de por Acosta, porque les queda más fácil y práctico.
El acceso a Sabanillas, por ruta nacional 301, permanece cerrado debido a derrumbes en diferentes tramos de la vía.
De todas formas, desde el miércoles 4, cuando aumentaron las lluvias, Sánchez se quedó al cuidado de la escuela y ha permanecido en la comunidad.
La escuela, que es unidocente, cuenta con nueve alumnos, quienes hoy acudieron con la puntualidad de siempre a recibir sus clases.
“Yo estoy integrada a la comunidad y aunque hoy las clases están suspendidas en nuestro cantón de Acosta, conversé con mi jefe y le pedí permiso para convocar a los alumnos”, dijo Sánchez a EL JORNAL.
Desde hace diez años es la maestra de Bajo de Plomo, donde también participa en otras actividades que buscan favorecer el desarrollo de esta alejada comunidad.
Bajo de Plomo es un pueblo esencialmente campesino, donde viven 110 habitantes. Los nueve alumnos de la escuela cursan distintos niveles desde primero a sexto.
Con esta iniciativa, los alumnos de Bajo Plomo de Acosta y su maestra, quieren enviarle un mensaje al país: en medio de la desolación siempre hay esperanza.