(VIERENES 25 DE NOVIEMBRE 2022-EL JORNAL). Según se infiere de las declaraciones de Rodolfo Villalobos, presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, dadas a los colegas destacados en Catar, el 7 a 0 no representa nada, no ha pasado nada, “fue un accidente” y por eso, desde luego, Luis Fernando Suárez deberá continuar una vez concluido el torneo.
De acuerdo con el señor Villalobos, solo fueron 90 minutos malos. Cuesta creer que lo diga de esa manera. Cuesta creer que piense que mis colegas son ingenuos. Cuesta creer que en vez de pedir disculpas a una más que noble afición nacional, salga Villalobos con un tono desafiante, como si la Federación fuera una finquita personal, donde puede hacer lo que se le antoje.
El ridículo mayor que hizo la Selección es un asunto muy serio: la Tricolor lleva un escudo y unos colores que son sagrados para los que amamos a la Selección desde siempre. Hay un simbolismo demasiado profundo que hay que entender.
La Selección no es un equipo de barrio, al que trasladaron a Doha para que disputara la Copa Mundial en nombre de Costa Rica.
Cualquier otro entrenador en el mundo que expusiese así a su equipo y a un país, como lo hizo Suárez contra España, sabría que sus días en ese banquillo están contados, pero no, en Costa Rica, el premio son cuatro años más.
En medio de la debable, siguen con la farsa de que el señor Suárez descubrió jugadores y que hizo un cambio generacional. Eso no es cierto. El segundo cambio ante España no fue Brandon Aguilera o Álvaro Zamora, fue Bryan Ruiz, un jugador que en menos de un mes estará retirado.
¿Por qué se esmeran en vernos la cara de marcianos? ¿Por qué cree el señor Villalobos, que este pueblo, que hizo una revolución en 1948, no es capaz de entender cuando hay rigor en un técnico, y cuando hay solo fachada, palabras bonitas e improvisadas, pero nada más.
“Tiene un contrato –Suárez— hasta el 2026 y por lo menos, mientras yo esté como presidente, lo va a cumplir”, dijo Villalobos a los periodistas como si nada hubiera pasado.
Es cierto, señor Villalobos, aquí no ha pasado nada. Al arquitecto y al ingeniero civil se les cayó el edificio, ahí está a la vista del mundo el edificio en ruinas, pero no, aquí no ha pasado nada.
Por este camino, seguiremos siendo un fútbol administrativamente de quinto mundo.
Si somos los peores en Qatar 2022, no ha pasado nada. Es suficiente con ponerse a la defensiva, alzar el tono de voz para desacreditar al interlocutor y que corra la pelota, un 7 a 0 en un Mundial no es nada, absolutamente nada, es, en palabras del señor Villalobos, “un accidente”.