(JUEVES 05 DE NOVIEMBRE, 2020-EL JORNAL). En el fútbol lo que interesan son los detalles. Esos que, por lo general, pasan desapercibidos a la multitud que quiere sangre, poder, circo y carnaval.
La visión de los detalles la confiesa Johan Cruyff en su autobiografía de 2016, en la que el entrenador cuenta cómo se formó como futbolista y cómo la calle fue su primera gran escuela.
El Borussia Dortmund, que tiene a sus detectores de talento muy bien entrenados, no pasó por alto el hecho de que en Noruega había aparecido un joven con una capacidad goleadora innanta y que bien valdría llevarlo a sus filas.
Eso fue en 2019 y del Salzburgo Erling Haaland pasó al equipo alemán por la módica suma de 20 millones de euros. Hoy, para lo que representa el delantero, esa cifra es un chiste mal contado.
Las voces venenosas indican que en Barcelona un “ojeador” de talentos dijo que Haaland, de 20 años, no podría adaptarse al estilo azulgrana. Motivo por el que desde un principio se descartó al goleador.
Pese a la visión del Barcelona, sus cifras son un auténtico escándalo: en 11 partidos de la Champions League, ha anotado 14 goles. Es, además, un futbolista que sabe qué hacer con la pelota cuando la tiene en su poder. No es, por lo tanto, solo un anotador, sino que se sabe el ajedrez del juego: cuándo avanzar, cuándo retroceder, cuándo mantenerse en una posición estratégica.
Mientras el Borussia apostaba por Haaland en el Real Madrid lo hacían por Jovic por una cifra tres veces másl alta, y el Barcelona por el consagrado Griezmann, que costó seis veces lo que invirtió el club alemán.
En “El juego de la fortuna” (Moneyball como aparece en inglés), uno de los protagonistas le dice a Billy Beane, el manager de los Atléticos de Oakland, que hay una epidemia de desconocimiento en el beisbol de las grandes ligas.
“Se compran jugadores, cuando lo que debería de comprarse son carreras”, le dice.
En el fútbol se compran jugadores, cuando lo que deberían comprarse son goles, podría parafrasearse dicha afirmación.
Erling Haaland: ese es el nombre que ha puesto patas arriba al fútbol, en el que cada vez se contratan más a actores de cine, modelos y actores de reparto, y se margina a los verdaderos jugadores, esos que conocen sus verdaderos secretos.
Entre el VAR y los mercaderes del templo están corrompiendo al fútbol, porque nos venden realidades ficticias y jugadores fantasma. Por cierto, alguien sabe ¿qué se hizo Eden Hazard?
*Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.