(LUNES 31 DE OCTUBRE, 2022-EL JORNAL). Antes de la serie final entre Saprissa y Herediano existía un consenso de que ambos equipos estaban muy parejos. Algunos, incluso, coincidíamos en que los rojiamarillos tenían mejor suplencia que los morados.
Las cartas, una vez lanzadas al vuelo, han dado como ganador de la final de segunda fase y ahora le otorgan ventaja a los saprissistas, tras tres juegos disputados.
¿Dónde está la diferencia? En el banquillo. En una proporción de 1 a 10, Jeaustin Campos le saca una gran ventaja a su colega Hernán Medford.
No solo le ha ganado ya una primera llave, sino que ahora cuenta con dos goles a su favor para presentarse el próximo sábado en el Colleya Fonseca.
Ayer, Saprissa fue amo y señor del partido, sin que en ningún tramo los heredianos reaccionaran. ¿De dónde tenían que venir las correcciones? Del banquillo. ¿Qué cambió a lo largo del juego? Nada. Herediano no tuvo respuestas.
Medford, al aceptar que Saprissa fue mejor, no explica nada de lo ocurrido. Se refugia en este mar cómodo al reconocer una responsabilidad que de todas formas es ineludible y tira balones afuera, porque su deber era variar la marcha del equipo para que compitiera y no lo hizo.
El 2 a 0 es un marcador muy barato visto lo ocurrio en el Ricardo Saprissa, lo que no signfica que la serie esté sentenciada, aunque necesitará de muchos cambios y aciertos el Herediano para darle la vuelta al marcador.
Cuando esperábamos la final más disputada nos topamos con un club que no concurrió, futbolísticamente hablando, y se convirtió en un domino absoluto de un Saprissa que se emrumba raudo a su título número 37.
Medford va perdiendo el mano a mano con Jeaustin Campos y no parece nada claro cómo va a enderezar el rumbo del barco florense. En el banquillo ha estado la clave de esta final.
