(LUNES 12 DE JUNIO DE 2023-EL JORNAL). El empoderamiento económico de las mujeres no solamente se trata de un tema de justicia social, se trata de un tema de desarrollo económico. Al brindar igualdad de oportunidades y eliminar barreras, se promueve un crecimiento inclusivo que beneficia a toda la sociedad.
La participación plena de las mujeres en el motor productivo de la sociedad nos brinda la oportunidad de generar un impacto significativo en el PIB de nuestros países, en consecuencia un mayor bienestar para nuestra sociedad.
Sin embargo, se enfrentan diversos retos que impiden su pleno desarrollo. Uno de ellos es la persistencia de sesgos inconscientes y estereotipos de género arraigados en nuestra sociedad.
Estos prejuicios limitan las oportunidades profesionales de las mujeres y perpetúan la desigualdad en el ámbito laboral. Ciertamente necesitamos ocuparnos de nuestros propios sesgos inconscientes y estereotipos de géneros, sin embargo, también necesitamos trabajarlos con los líderes de organizaciones públicas, empresas privadas y sociedad civil para que puedan brindar oportunidades a las mujeres de manera equitativa, mediante programas de educación, nuevos procedimientos y políticas públicas.
Además, el tradicional rol de cuidadoras asignado a las mujeres también representa un desafío para su empoderamiento económico. La falta de centros de cuidados asequibles y de calidad dificulta que las mujeres puedan conciliar sus responsabilidades familiares y laborales de manera equitativa.
Es fundamental que se invierta en infraestructuras de cuidado para garantizar que las mujeres puedan acceder a empleos remunerados sin sacrificar su papel como madres, en caso de desear serlo.
Otro aspecto crucial es el acceso a recursos y financiamiento dirigidos a los diferentes grupos de mujeres, ya que a menudo enfrentan obstáculos para obtener becas, préstamos y financiamiento para sus estudios o para emprender. Es común que las mujeres dependan de los recursos familiares para financiar sus estudios, mientras que los hombres reciben apoyo financiero de las empresas u otras fuentes externas.
En el caso de las mujeres emprendedoras, por ejemplo, se encuentran con limitaciones para obtener capital que les permita iniciar o llevar sus emprendimientos al siguiente nivel. Esto puede dejarlas atrapadas en una etapa de negocio de subsistencia.
Es fundamental implementar políticas y programas que faciliten el acceso a apoyo financiero no sólo para la educación, sino también como ingresos familiares mientras se estudia. Además, es necesario otorgar capital y promover el emprendimiento femenino como una forma de impulsar la autonomía económica de las mujeres.
En fin, el acceso a recursos y financiamiento es un desafío para las mujeres, tanto en el ámbito educativo (carreras técnicas, carreras universitarias, especialidades, maestrías, doctorados, etc.) como en el emprendimiento.
Se requieren políticas y programas que faciliten el acceso a apoyo financiero y que promuevan el emprendimiento femenino, brindando así a las mujeres oportunidades para alcanzar su autonomía económica. Es necesario un enfoque integral que aborde estas limitaciones y promueva la igualdad de oportunidades económicas para todas las mujeres.
Adicionalmente, en la era de la tecnología, es fundamental cerrar la brecha digital de género. Las mujeres deben tener acceso equitativo a la infraestructura tecnológica y la capacitación necesaria para aprovechar al máximo las oportunidades que brinda el mundo digital.
La inclusión digital es un catalizador para el empoderamiento económico, ya que abre nuevas puertas en términos de empleo, emprendimiento y desarrollo personal.
En cuanto a las soluciones propuestas, la educación juega un papel fundamental. Es necesario fomentar la igualdad de género en los sistemas educativos desde una edad temprana, promoviendo una educación inclusiva y libre de estereotipos. Además, es esencial fortalecer la educación en áreas relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) para abrir más oportunidades profesionales a las mujeres.
Las alianzas entre el sector público, privado y la sociedad civil también son fundamentales. La colaboración entre estos actores puede generar políticas y programas integrales que aborden los desafíos del empoderamiento económico de las mujeres de manera efectiva.
Juntos, podemos construir un futuro en el que todas las mujeres tengan igualdad de oportunidades económicas y puedan alcanzar su máximo potencial, beneficiando a la sociedad en su conjunto.
En conclusión, superar los retos para el empoderamiento económico de las mujeres requiere abordar los sesgos inconscientes, romper con los estereotipos de género, garantizar el acceso a centros de cuidados asequibles, facilitar el acceso a recursos y financiamiento dirigidos a mujeres y cerrar la brecha digital de género.
A través de la educación, la tecnología y las alianzas, podemos construir un futuro en el que las mujeres tengan las mismas oportunidades económicas que los hombres.
*La autora es chilena-venezolana. Ingeniero de sistemas y MBA de la UNIMET, MBA de INCAE Business School y Especialista en Transformación Digital de LEAD University, con una amplia trayectoria en servicios financieros, consultoría estratégica, gestión comercial y educación.