(JUEVES 29 DE FEBRERO-2024-EL JORNAL). El fútbol actual es velocidad pura y un deporte mucho más físico que hace unas cuántas décadas, por lo tanto, a aquellos jugadores que se califican como lentos, les cuesta entrar en los esquemas de los técnicos.
Recién llegado al país, el entrenador de la Selección Nacional, Gustavo Alfaro, dijo que Elías Aguilar necesitaba jugar más rápido.
Ayer, en el partido contra Liberia, si bien los visitantes en el segundo tiempo ofrecieron excesivas facilidades, Herediano contó con un intérprete de lujo de los espacios que le otorgaron en la gramilla, y, una vez más, Aguilar se convirtió en el director de orquesta.
Con sus pases precisos, pero sobre todo con sus pausas, hizo mejor a sus compañeros en un cien por ciento, incluido Orlando Galo, que hizo un gol propio de un número diez.
En Elogio de la lentitud, Carl Honoré, periodista y escritor canadiense, cuenta cómo detenerse en su agitada vida le ayudó enormemente a mejorar su relación con su hijo y con su familia en general.
Es decir, no siempre hay que ir a cien por hora y en el fútbol también aplica aquello de las pausas. Xavi Hernández era, a juicio de cómo se desarrolla el actual balompié, un jugador físicamente lento, pero veía los espacios que otros no verían ni en un millón de años.
Ricardo Bochini era lento físicamente, pero muy ágil mentalmente, por eso el gran Diego Armando Maradona le hizo un homenaje cuando ingresó al campo en el minuto 85 del partido entre Argentina-Bélgica por las semifinales: Pase, maestro, lo estábamos esperando.
Está claro que para que un jugador como Aguilar sobreviva en el fútbol actual necesita de un ecosistema diseñada por el técnico para protegerlo y propiciar su sapiencia en un entorno favorable, pero lo cierto del caso es que en medio del vértigo se necesita de ese pensador que sea capaz de dejar de cara al gol a un compañero, con un solo pase.
En medio del torbellino, una pausa puede hacer la diferencia, hasta el punto de ganar un partido con admirable solvencia.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL