(VIERNES 07 DE MAYO, 2021-EL JORNAL). El Villarreal, que jugará la final de la Europa League, está ubicado en la comunidad de Vila-real, de apenas 50.000 habitantes, y hoy es un ejemplo a estudiar para todo aquel que piense en cómo un pequeño territorio puede tener un representante en el fútbol del máximo nivel.
El ejemplo viene perfecto para Costa Rica, donde hay equipos de Segunda División en cantones y provincias y que no logran despegar por los obstáculos económicos con que deben de lidiar a diario.
Es cierto que el Villarreal, hoy dirigido por Unai Emery, está respaldado por la familia de Fernando Roig y que esta cuenta con un amplio capital, pero como ya hemos visto el dinero es un factor relevante, pero no determinante.
Lo más importante es la idea de proyecto que se tenga. El ponerlo en manos de las personas adecuadas y dejar trabajar con base en criterios técnicos y fundamentados.
Si el Villarreal ha conseguido convertirse en un club modélico, que inspira a toda Europa, cuándo será el día que equipos como Turrialba, San Ramón, Puntarenas, Guanacasteca, Liberia, Barrio México, entre otros, puedan dar ese paso y contar con finanzas sanas, instalaciones adecuadas, ligas menores fuertes, y una gran claridad administrativa.
Para ello sería preciso que las municipalidades se involucren y que dejen de ver el fútbol como un gasto innecesario. En el caso del Villarreal, un socio clave es el municipio, con su alcalde José Benlloch, quien ha acompañado al club en su larga travesía.
Más que de recursos, que son imprenscindibles, el asunto va de miras, de objetivos, de visión clara, y a partir de ahí se puede soñar con los ojos bien abiertos.
Si el Villarreal, con 117 millones de euros, consigue la Europa League contra el monstruoso presupuesto de 580 millones del Manchester United, una vez más David habrá vencido a Goliat.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.
