EL PLACER DEL TEXTO
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 05 DE MARZO, 2016-EL JORNAL). Si hay un elemento que distingue al fútbol es la invención, la improvisación, la magia y, sobre todo, las eternas polémicas que despierta, a tal punto de que un partido que dura tan solo 90 minutos puede ser tema de conversación y discusión por meses y años.
Y ahí, justamente, junto con su belleza innegable, es donde radica la atracción de un deporte que, de otra forma, podría parecer absurdo, como lo fue para los intelectuales durante muchos años.
Ahora viene la International Football Association Board (IFAB), formada por las cuatro asociaciones británicas y la FIFA, a decir que permitirán el uso de la tecnología para dilucidar jugadas en las que haya duda.
El vídeo, en concreto, se podrá utilizar en estos cuatro casos: expulsiones, penales, identidad de los jugadores y en determinar si hubo gol.
ERROR con mayúscula de la FIFA, porque este nuevo aliciente si bien permitirá más y mayor justicia, deshumaniza el juego, porque el árbitro pasará a ser menos que una figura decorativa, la que mandará será la tecnología y el vídeo.
Si la regla del fuera de juego hizo grande a este deporte por el que han pasado Pelé, Maradona, Cruyff, Bekenbauer, Di Stéfano, Kubala, Zico y Conti, para citar solo algunos grandes jugadores, la tecnología terminará por quitarle ese brillo que lleva implícita la polémica.
Para tener una idea de esa maravilla de que predomine el ojo humano por encima del tecnológico: todavía no hay acuerdo alguno de si la jugada que terminó en penal en la final entre Alemania y Argentina, en Italia 90, fue o no falta.
¿Por qué quieren acabar con la naturalidad y la esencia del fútbol? Incluso en esto tenía razón el oscuro Josep Blatter, quien se oponía a tales medidas.
El fútbol, en definitiva, da un paso al abismo.