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El tricampeón de rodillas

(MIÉRCOLES 21 DE FEBRERO-2024-EL JORNAL).Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. En este verso que canta Joan Manuel Serrat está la explicación de lo que le sucedió anoche al Saprissa, que terminó de rodillas ante un Philadelphia Union, que  a pesar de que jugaba su primer encuentro oficial de la temporada, en el segundo tiempo dio una cátedra de cómo doblegar a un adversario.

Es triste esa verdad porque jugaba el tricampeón nacional y se vio muy mal. El 3-2 fue un maquillaje de un última hora.

El equipo estadounidense, que salió aletargado al comienzo del juego, aplicó toda la ciencia del fútbol en la complementaria y destrozó a los morados a base de transiciones propias del balompié del primer mundo.

Una vez más, cuando nuestro fútbol asoma la cabeza en los torneos internacionales salen a relucir todos los males. El ritmo al que jugó el Philadelphia, comparado con el del Saprissa, evidencia las dos realidades y como diría Serrat, las dos verdades.

Algunos dirán que Saprissa tuvo medio tiempo para cerrar el partido, pero hay que recordar que los encuentros son de noventa y tantos minutos, es decir, la obra de arte se ha de juzgar y analizar por el todo, y no por un rasgo.

Hay un momento en el juego en el que Mariano Torres recibe un balón y trata de acomodarse para continuar la acción y ya en ese instante tenía la marca encima: son milésimas de segundo las que marcan la diferencia y eso se gana en los entrenamientos, en la concentración, en las muchas horas durante la semana.

En Costa Rica jugamos a un fútbol que ya no existe. Y eso se comprueba, con creces, en las participaciones internacionales. Las selecciones son un eco de lo mal que se trabaja en casi todos los ámbitos.

Es una triste realidad y es tan visible como una catedral. La pregunta que subyace es: ¿por qué los dirigentes siguen mirando hacia otra parte? Mientras lo sigan haciendo, la sentencia de Serrat continuará como una demoledora y triste verdad.

 

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL

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