(MIÉRCOLES 26 DE JULIO 2023-EL JORNAL). Aunque critiqué el momento en que Rónald La Bala Gómez hizo las declaraciones sobre las deficiencias, según su criterio, de la forma de preparar el seleccionado por parte de Luis Fernando Suárez, hay un elemento en segundo plano que merece pasar al primer foco, por la revelancia que tiene.
Y es el silencio de los jugadores. Ninguno si quiera deslizó el más mínimo detalle de que algo no andaba bien, con una Selección que todos veíamos que jugaba muy mal, lo cual ratificaba partido a partido.
No digo que saliesen a la palestra a criticar a su técnico, entiendo que para hacer eso hay que estar a otro nivel, pero sí que evidenciaran, por la vía que eligieran, que adentro no todo andaba color de rosa, como hacia afuera se quería hacer ver.
Un equipo sin norte, eso era el seleccionado, pese a tener gente de tanta experiencia como Keylor Navas, Celso Borges y Bryan Ruiz. ¿Nada les pareció extraño?
Ellos tenían la responsabilidad, por ser capitales y por contar con un mayor recorrido, de velar porque la situación al menos fuera normal.
El panorama presentado por La Bala Gómez no deja lugar a dudas: de acuerdo con su visión, ese equipo no iba para ningún lugar, porque entrenaba mal y no planificaba nada.
Los resultados avalan las palabras del exdelantero y hoy entrenador, que pinta un fresco grotesco de cómo era la Selección de Suárez, al que Rodolfo Villalobos y sus aliados defendieron hasta el final.
Sería bueno que ahora, que ya hay elementos para el diálogo platónico, los capitanes y otros jugadores, como Kendall Waston y Francisco Calvo, salgan a dar sus versiones, dado que en su momento fueron grandes defensores de Suárez.
¡Silencio atronador el de los seleccionados!