(MIÉRCOLES 21 DE AGOSTO, 2024- EL JORNAL). Les vengo a hablar de un Saprissa que pocos han visto. Es el Saprissa de Estelí. No es el Saprissa histórico, el Saprissa de Costa Rica, que desde que era un equipo juvenil despertaba la admiración y el asombro de los aficionados josefinos. No, el Saprissa al que me refiero es al Saprissa de Estelí.
Ese equipo es parco, sin ideas, temeroso y frágil en defensa. Solo tiene una vía para intentar ir al ataque: lanzarle balones a Kendall Waston. Su entrenador, Vladimir Quesada, se parece poco al Vladimir Quesada que dirige en el fútbol costarricense y que resuelve dificultades sobre la marcha. Este Vladimir Quesada observa, observa y observa y no resuelve.
Cualquiera podría confundir el Saprissa de Estelí, con el Saprissa de Costa Rica. Utilizan un mismo uniforme morado. Y muchos de los nombres de el Saprissa de Estelí coinciden con los nombre de el Saprissa de Costa Rica, pero no son el mismo equipo. ¡Qué paradoja!
La sed de victoria de el Saprissa de Estelí es muy limitada. Normalmente, cuando visita a su par el Real Estelí se vuelve un equipo pequeño y se comporta como tal, con una mentalidad de equipo pequeño y con un fútbol inconstante e incoherente de un equipo pequeño.
En Pierre Menard, autor del Quijote, Jorge Luis Borges compara dos textos. Uno que es obra de Miguel de Cervantes y que apareció incluido en la célebre novela, y el otro, el creado por Menard, y da la coincidencia de que parecen ser exactamente iguales, palabra por palabra y desde el punto de vista gramatical, pero y he aquí el gran hallazgo de Menard, no son, en realidad, iguales. Es una falsa sensación.
Lo mismo sucede con el Saprissa de Estelí y el Saprissa de Costa Rica. El primero utiliza, reitero, el mismo color del uniforme, el mismo logo, jugadores con el mismo nombre y, sin embargo, el Saprissa de Estelí dista mucho del histórico Saprisa de Costa Rica, que fue declarado en el siglo XX como uno de los mejores equipos de Concacaf.
Vaya juego de espejos. ¿Verdad que sí, don Vladimir?
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL