(VIERNES 23 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL). El sabio del fútbol no sabe nada. La frase bien podría atribuírsele al periodista argentino Dante Panzeri, para quien los mitos en el balompié son mayores que las certezas.
En medio de este vendabal que se vive, se disputará mañana el clásico entre Barcelona y Real Madrid, equipo que llega entre tinieblas, así que las apuestas apuntan a que será el once local el que lleva todas las de ganar.
Si a ello le agregamos que “un equipo es un estado de ánimo”, como con certeza dijo Jorge Valdano, el Real Madrid saldrá por la puerta oscura del Camp Nou.
‘El sabio del fútbol’ nos dirá que mañana el Barcelona es el equipo que saltará al campo con ventaja emocional y que en pocos minutos podría tener contra las cuerdas al Real Madrid, no obstante, en el fútbol dos más dos nunca son cuatro, y aquí radica la grandeza de este deporte singular.
En el juego, aunque no lo diga ‘el sabio del fútbol’, inciden aspectos emocionales, de orgullo, de historia, de interpretación y también juega un papel preponderante el azar, que debería de tener una estatua en cada estadio, por lo que ha significado a lo largo de los años.
Es aquella pelota que el holandés Rob Resenbrik pega en el poste en el minuto 90 en la final de Argentina 78, cuando el marcador estaba 1 a 1. Es el gol de la media de Luis Chacón en la agonía del juego Saprissa-Cartaginés, que a la postre le dio el título a los morados. Es la acción salvadora de Iker Casillas en la final contra Holanda cuando Roben remata a pocos metros.
Así se podría recopilar un libro entero de momentos en los que el azar ha puesto su sello para determinar la suerte de un equipo o selección.
‘El sabio del fútbol’ es ese personaje que lo sabe todo, pero que en el fondo de su alma se dice en silencio que en verdad no sabe nada, porque se pueden tener nociones, pero todas ellas relativas. Los absoutos hace mucho rato que fueron desechados por las ciencias.
En ese contexto se jugará el clásico Barcelona-Real Madrid con un Zidane que llega apeleado y un Koeman que disfruta al ver cómo sus jóvenes se abren campo en el once estelar.
Respecto al partido de mañana, y a todos los encuentros en general, se pueden tener intuiciones, lecturas, interpretaciones, pero es aquí cuando si miramos con cuidado, veremos a nuestro ‘sabio del fútbol’ arrodillado en una esquina, derrotado por la aceptación de que en el fútbol nadie sabe nada con absoluta certeza.
‘Solo sé que nada sé’, respondió Sócrates cuando le dijeron que lo consideraban el hombre más sabio del mundo.
Lo que hay son rastros. Mojones. Para que cada cual complete su camino…
*Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.