(SAN JOSÉ, 31 DE JULIO 2013). Entiendo que la “dignidad” humana es un valor intrínseco a toda persona moral y que, bajo tal condición, rechaza equivalentes ajenos al ciudadano y a sus plenos derechos.
Así entonces, la dignidad no es confundida con ninguna cosa, con ninguna mercancía, dado que no se trata de nada útil ni intercambiable o provechoso. Lo que puede ser reemplazado y sustituido no posee dignidad, sino precio.
Si usted a una persona le pone un precio, ella es tratada como una mercancía, aunque conserve el nombre, los apellidos, la profesión, el estado civil, etc., características propias de las persona, pero ahora convertida en mercancía, en cosa
Una cosa, es decir, una persona despojada de su dignidad, aunque valga millones de dólares, es algo que jurídicamente no es susceptible de imputación.
El expresidente Juan Rafael Mora Porras sintetizó esta discusión filosófica en ocasión de la guerra contra el filibustero en 1856. Luchó hasta entregar su vida a los ruines traidores antes de aceptar un precio, que sí aceptaron otros en otras latitudes latinoamericanas.
Por eso me llenó de tristeza que la televisión internacional informara de que mi país fue espiado por los servicios secretos estadounidenses y a lo sumo y con temor solo solicitamos “una aclaración” de tan gravísimo hecho. ¿Qué aclararía usted?
Y más recientemente la misma televisión internacional informó de que Italia mantenía su disgusto porque Costa Rica dejó ir a un supuesto delincuente que huyó de la justicia de Milán, donde debía enfrentar la causa por secuestro y tortura a un ciudadano musulmán.
No se trata de enfrentarnos con todo el mundo ni ser confrontativos sin causa alguna; ¡No¡ Simplemente exijo se me trate como costarricense digno y no como mercancía.
Periodista, , abogado y notario UCR.