(MIÉRCOLES 18 DE ABRIL-2024-EL JORNAL). Saprissa sigue dependiendo en exceso de Mariano Torres, quien está más cerca del retiro de la continuidad. Su ausencia fue más que evidente en el juego ante Liberia.
Malos cálculos. Mala estrategia. Lo reservan para el clásico y dejan dos puntos en el tintero que pueden ser clave en la lucha por el literato.
Nuestro fútbol, en muchos aspectos, es extraordinariamente deficiente y uno de ellos es en el ámbito estratégico, tanto en cancha como fuera de ella, en los despachos.
Este es un asunto que debería atenderse con hondura por parte de los clubes, que dejan demasiados elementos al azar. Ayer Saprissa se reservó a Torres y no logró doblegar a un Liberia que con un poco más de ambición, hubiese obtenido una victoria valiosísima.
La pregunta es por qué romperl a fórmula del partido a partido. Si se tiene la cabeza en la jornada siguiente y subsiguiente, partiendo de que ya está se obtuvieron los puntos en la jornada en disputa, las sumas y las restas se alteran, y eso le sucedió al Saprissa, al extremo que el dulce Vladimir Quesada perdió los papeles y salió expulsado.
He llegado a pensar que a los equipos no les caería mal un curso de estrategia que abarque lo deportivo y lo administrativo.
En la semiótica, que parte de que todo significa, hasta una golondrina que pase cerca del estadio Ricardo Saprissa habría que considerarla.
Es decir, nada se puede dejar a la buena del Creador, sino que hay que prever, planificar, proyectar, siempre con base en elementos que sustenten cada paso.
En cambio, en nuestros equipos son felices con sacarse un conejo del sombrero, con las consecuencias que ello acarrea, y guardarse a Torres para el clásico le salió muy
mal a Saprissa, por falta de una verdadera estrategia.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
