(VIERNES 12 DE ABRIL-2024-EL JORNAL). Cuando apenas se conocen pormenores de lo que podría ser el nuevo estadio de Saprissa, las reacciones en contra de la afición morada no se han hecho esperar, dado que e el recinto estaría ubicado en Heredia.
La afición morada, de inmediato, se ha posesionado en contra con un fevor que va creciendo día con día. Algunos pensarán que es una discusión intrascendente y que lo relevante es que los saprissistas cuenten con un estadio moderno y práctico.
No es así. Si así fuera sería muy sencillo. La vida nunca es lineal. La vida trae muchas curvas y para el saprissismo el solo pensar, aunque sean unos metros, que su estadio estará en la provincia de Heredia, les da jaqueca.
Me gusta que la afición tenga esa identidad tan arraigada. Es una forma de querer a un equipo. ‘Somos capitalinos, y aquí nos quedamos’: así podría resumirse el sentir de la afición.
En el camino vendrá la comunicación de la administración morada– por cierto hasta ahora y en relación con este asunto, muy deficiente–, y explicará elementos fácticos, pero por ahora prima el corazón. El sentir es: Saprissa no se va de San José.
Una identidad y un sentimiento tan grandes como los del saprissismo, no se construyen en un mes ni se comparan en la esquina y eso tiene que entenderlo la dirigencia, con el presidente Juan Carlos Rojas a la cabeza.
Saprissa quiere un estadio redondo, sin la más mínima tachadura y el estar en zona herediana le parece a sus seguidores que rompe con ese festín de la Cueva y esa pertenencia a la capital.
En la vida muchas veces los intangibles son más importantes que las cosas materiales y en Saprissa deben ponerle atención a las reacciones de su afición, una vez que se conoció que el nuevo estadio geográficamente estaría en Heredia.
“Viva Saprissa siempre en Tibás” dice la manta colocada en un puente: es un sentir que hay que traducir: Saprissa donde sea, siempre y cuando sea en la capital, nunca en Heredia, Alajuela o Cartago.
A ver si toman nota en las tiendas moradas.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL