Luis Ureña se impone a la retinosis pigmentaria que afecta su visión y es una de las voces clave de Radio Cultural Los Santos
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 24 DE MARZO, 2017-EL JORNAL). Luis Ureña, oriundo de San Isidro de León Cortés, siempre soñó con ser locutor, un oficio que le cayó de maravilla, porque según el diagnóstico de los médicos ya debería de estar ciego.
Desde niño padece retinosis pigmentaria, una enfermedad degenerativa que hacía que él le tuviera temor a la oscuridad y que cuando jugaba se pasara los juguetes por la cara. Esa extraña actitud llamó la atención de sus padres, quienes lo llevaron al médico para terminar con un diagnóstico que a cualquiera lo hubiera paralizado.
Para Luis ese diagnóstico, cuando era muy niño, ha significado un reto a lo largo de sus 24 años. La enfermedad, que le impide ver bien durante el día, porque lo obliga a un esfuerzo mayor para poder enfocar bien, y que por las noches lo afecta aún más, hizo que Luis no pudiera realizar las típicas labores de campo, por lo que tenía que pensar en alguna otra opción para no quedarse esperando a que la vida le resolviera por sí misma su dilema.
“Comencé hace siete años como locutor en Radio Cultural Los Santos. La locución siempre estuvo ahí moviendo algo que estaba dentro de uno. Mi abuela me regaló una pequeña radio cuando era niño y yo me imaginaba estando detrás de ese micrófono, como lo hacían los locutores. Escuchaba, por ejemplo, a Carlos Álvarez en Radio Omega y yo me decía, qué bien, llegar a estar ahí”.
Así empezó Luis, quien hoy vive en San Marcos de Tarrazú, su sueño de convertirse en locutor, oportunidad que encontró en Radio Cultural Los Santos, 88.3, emisora que el próximo 12 de noviembre cumplirá 35 años.
“Pienso que desde aquel momento empezó esa chispa de la radio. No tengo ninguna preparación de locutor, todo lo fue aprendiendo, gracias al compañero Heiner Fallas, quien me dio el primer empuje. Me ayudó en el manejo de equipo, en la vocalización y todo lo que conlleva ser locutor”, dijo.
Cuando Luis ya contaba con la opción de hacer radio, recordó sus aspiraciones de niño y adolescentes y supo que los sueños, si se trabaja para ello, pueden hacerse realidad.
“Es una experiencia muy bonita y que hasta el día de hoy no la cambio por nada, porque la radio es un mundo de imaginación, en el que uno le recrea el mundo a las personas”.
En la actualidad, Luis hace literalmente de todo, dirige programas, edita audios, graba comerciales e incluso ayuda a los clientes a redactar el anuncio.
“A veces uno le da la vuelta al texto y la gente escucha mejor el comercial. Es una forma de ayudar y una manera de ganarse la vida”.
“No puedo decir cuánto veía. Tengo una visión estable. Es una enfermedad que ha afectado a mi familia y que ha pasado de generación en generación. La retinosis pigmentaria es una enfermedad degenerativa. Para los doctores yo ya debería de estar ciego, pero para honra y gracia de Dios, he mantenido una visión estable y todavía me la juego”, detalló.
A los 16 años, Luis se unió a una iglesia cristiana y en una de las tantas oraciones realizadas, le pidió a su Creador, guía y luces para encontrar un oficio acorde con sus circunstancias.
“Yo le dije: Dios, necesito un lugar donde pueda trabajar, porque yo, con mi enfermedad, no podía ir a ‘volar machete’, y en una visión me imaginé un micrófono y me dije: ahí está. (risas). Y de ahí empecé a moverme un poquito hasta que me hice locutor. Le doy las gracias a la Junta Directiva de la radio y a don Jorge Godínez, que es el administrador”.
Ahora, con miras al futuro, Luis estudia inglés y teología, porque algún día le gustaría enseñar “la palabra de Dios, porque va como de la mano con la locución, porque uno tiene que estar frente a un público”.