(JUEVES 18 DE ABRIL-2024-EL JORNAL). En un magnífico testimonio, publicado hace dos años en The Players Tribune, Antonio Rüdiger cuenta cómo una vez en Alemania intentó ayudar a una señora con unas bolsas y ella lo miró como si le fuese a robar.
Ese día comprendió que “nunca sería alemán para algunos alemanes”. La historia es estupenda, y se puede leer completa en el siguiente link: https://www.theplayerstribune.com/posts/antonio-ruediger-chelsea-fc-soccer-premier-league
Ese Rüdiger que de adolescente se jugaba la vida y muchas veces las peleas callejeras terminaban a navajazos, ayer fue uno de los héroes del Real Madrid ante el Mancheter City.
Cuando se anunció que el quinto penal lo lanzaría Rüdiger, todos dijimos, Santo Dios,
hasta aquí llegamos, olvidando que el central sabe los códigos de la vida: cuándo ser duro, cuándo dejar espacio al adversario, cuándo rematarlo con un abrazo o una sonrisa.
Detrás de esa mirada fulminante, se esconde un ser humano extraordinario, que llegó al Real Madrid como el cuarto o el quinto defensa, y ya entró en la historia del equipo blanco con su mística, su humildad, su gallardía, y siempre escudado en el silencio.
Recién llegado a Madrid, una noche alguien tocó el timbre de su casa, a lo que Rüdiger reaccionó con reserva, quién sabía de su nuevo domicilio, aquello no pintaba bien, pero, sin embargo, abrió.
Era Carlo Ancelotti, que le iba a visitar de sorpresa para saber cómo le sentaba la nueva ciudad, su nuevo equipo, sus nuevos compañeros. (Se dan cuenta cómo se maneja un equipo).
“El loco”, como le apodan, porque a veces tienen que bajarlo a tierra, antes de que recuerde sus días de adolescencia, en los que si no sacaba la navaja quizá no sobrevivía, tiene un corazón solidario, y así lo ha demostrado con sus viajes a Sierra Leona, país del que emigraron sus padres.
Este defensor, que corre como un avestruz, es producto de las maravillas que puede hacer el fútbol. El fútbol lo sacó de las calles de Berlin-Neukölln, una colonia para inmigrantes, y lo puso nada menos ni nada más que en la senda del mejor equipo de todos los tiempos y eso solo lo hace este deporte incomparable y único.
El milagro Rüdiger: una historia humana y esperanzazora en toda regla.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL