(MARTES 17 DE MAYO -2022- EL JORNAL). Cada vez que Jorge Valdano pasa por un micrófono deja una cascada de reflexiones dignas de un ensayista de la ilustración.
Ayer lo hizo en el Larguero de la Cadena Ser de la que se fue hace como ocho años, y aseguró que el verdadero milagro del Real Madrid pasa por el nivel de competitividad. Que ese es pan de cada día y que si el equipo blanco gana tres Champions seguidas, eso no signfica nada para la siguiente temporada, que eso es pasado reciente y a la vitrinas porque la vida continúa.
“En el Real Madrid ganas tres Champions y te dicen que Gento ha ganado seis”.
Cómo me gustaría que dirigientes y jugadores escuchen esas palabras, porque en Costa Rica un equipo gana un partido con contudencia y al siguiente ya sus jugadores se creen invencibles, o ponen condiciones a propios y extraños sin haber ganado nada.
Si se tiene a Curtois en la portería y a Benzema adelante, ellos son el milagro, dio a entender Valdano, quien sabe de lo que habla, porque fue campeón del mundo con Argentina en México 86, y jugó y dirigió al Real Madrid.
Nuestro nivel competitvo como fútbol es muy pobre. Saprissa entró a semifinales gracias a sus meritorias victorias en las seis últimas jornadas, pero para ello necesitó de la complicidad de Sporting, Guadalupe, Grecia, Pérez Zeledón y San Carlos. Cinco equipos que se cayeron como un castillo de naipes, aunque los norteños pueden alegar que terminaron con los mismos puntos que los morados.
Falta, en esencia, esa competitividad, que empieza porque cada jugador quiera ser mejor para luego llevarse esa superación al grupo y del grupo a la afición, hasta que se conjuga en un equipo capaz de alcanzar grandes metas.
Cuando Valdano evoca ese nivel competitivo del Real Madrid, está poniendo el listón en lo más alto, solo así se puede ser exitoso, aunque en el camino hayan sido necesario algunos fracasos, porque de ellos también se aprende, aunque sean harto dolorosos.
Y ese gen competitivo se crea y se gesta desde que los niños de un equipo se ponen la camiseta por primera vez. En Costa Rica pocos equipos lo hacen y los que más ventaja sacan son los morados, pero no es un patrimonio exclusivo de ellos.
El milagro blanco, entonces, es competir siempre hasta el éxtasis, hasta que la razón diga lo contrario y en esas condiciones, incluso, hay que seguir creyendo, matizaba Valdano, y este señor tiene un universo en el que hay muchas estrellas a su alrededor, por lo tanto, sabe de lo que habla.
La competitividad como ley suprema: hacia eso debe apuntar nuestro fútbol si pretendemos salir del perpetuo conformismo.