(MIÉRCOLES 09 DE NOVIEMBRE 2022-EL JORNAL). El juego de despedida de esta noche le sobra a la Selección Nacional. En primer lugar, porque al técnico Luis Fernando Suárez, como ya lo ha dicho muchas veces, no le gustan los fogueos.
En segundo término, porque no sabemos a ciencia cierta la calidad del equipo que enfrentará Costa Rica, puesto que se llama Nigeria, pero está claro que no viene con el combinado estelar.
En este contexto, el único beneficiado en el entramado de hoy es la Federación Costarricense de Fútbol, porque recibirá su buen ingreso por entradas, mientras que el aficionado, una vez más, es el que hace el sacrificio.
Hay, sin embargo, una situación de peso mayor: los juegos de despedida están pasados de moda. No veo yo a Alemania, a España, a Japón, a Francia, a Dinamarca despidiéndose de su afición. Esto me suena muy aldeano. Los ticos somos muy aldeanos en un mundo globalizado.
Así que visto lo anterior, el partido suena solo a negocio y a circo. No da para más. Aquí, de nuevo, la voz la tendrá el aficionado para futuras convocatorias de este tipo.
Si tanto aman a la afición cabría pensar, con toda la ingenuidad posible, que el próximo juego de despedida será gratis, que será un regalo de la Federación a la afición.
Ni pensarlo, ¿verdad? De modo tal, que pretenden ponerse muy románticos, pero lo cierto del caso es que hay intereses monetarios de por medio y nada más.
Ese cuento de que la Selección es el equipo de todos, hace rato no me lo creo. Hay muchas mariposas revoloteando en el universo para ser tan cándidos como procuran que seamos.
En fin, que el juego de despedida de esta noche, simplemente, sobra.