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El gran gesto de James Rodríguez

ENTRE PARÉNTESIS

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José Eduardo Mora*

 

(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 23 DE JULIO, 2014-EL JORNAL).La vida, a diferencia de lo que se nos contaron en la escuela, no es una gran historia, ininterrumpida y siempre con final feliz. No, la vida es una extensa franja multicolor compuesta por cientos de instantes fugaces que van moldeando nuestra memoria hasta la última muerte, en un día y un lugar que, por dicha, desconocemos.

Y entre esos gestos que conforman este largo caminar, está el de James Rodríguez, ayer, cuando le presentaban en el Santiago Bernabéu como el nuevo jugador del club más importante del mundo: El Real Madrid.

En medio de la algarabía de 40.000 almas que se congregaron para darle la bienvenida, un aficionado saltó a la cancha para saludarlo y de inmediato la seguridad lo tiró al piso y evitó que el hincha cumpliera su sueño.

Lo normal es que aquí hubiese acabado la historia y que la eficacia de la seguridad hiciese gala de su labor, pero no para  un hombre como James, que es hijo del regate, de la pasión, de la sensibilidad y del entusiasmo, por eso buscó al aficionado, le puso sus brazos en el hombro, y caminó con él unos pasos, como si fueran viejos amigos que una tarde de invierno cualquiera se hubiesen sentado a planear, juntos, su futuro inmejorable en esta vida incierta.

Y en estos instantes que ambos recorrieron juntos el campo del Bernabéu, James se agachó, tomó un balón y se lo regaló al aficionado entusiasta y anónimo.

Ese, es para mí, el mejor gol que hasta ahora ha hecho James Rodríguez, mejor que el que le hizo a Chile en Brasil 2014.

Gesto conmovedor y extraordinario. Está claro que, además de buenos futbolistas, necesitamos, sobre todo, mejores hombres, hoy  que sobre la franja de Gaza caen bombas en hospitales que matan a inocentes y que algunos, aquí en mi país, sostienen que es en nombre de la defensa de la cultura Occidental.

Y lo dicen sin ningún rubor, orgullosos del horror y de la muerte que causan, gracias a su superiodidad bélica.

*El autor es director de EL JORNAL y Máster en Literatura.

 

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