(LUNES 12 DE DICIEMBRE 2022-EL JORNAL). Algunos festejan la pseudoastucia de Emiliano Martínez, otros aplauden al impresentable Leandro Paredes y otros se regocijan con el gesto de Messi frente a Van Gaal, así como los gestos de gran parte del equipo una vez que Países Bajos había quedado eliminado.
Algunos aseguran que es malicia indígena, con lo ofensivo que puede resultar este adjetivo que por años se confundió con aborigen, pero en realidad es marrullería, que está lejos, muy lejos, de la deportividad.
Otros atribuyen el comportamiento de Messi al hecho de que se quiere parecer en carácter a Maradona y con esto pisotean el nombre del diez argentino, porque Maradona siempre tuvo grandeza para con su rival, incluso cuando apeló a elementos extrafutbolísticos como la mano de Dios, de modo que hasta en este aspecto hay desacierto.
Alguien por ahí suelta una insensatez y atrás va la manada, con perdón para el que se vea incluido aquí, pero nada tiene que ver un comportamiento bochornoso como el de Messi y una gran parte de sus compañeros, con lo que fue Maradona.
Además, desde el punto de vista futbolístico no hay comparación que se sostenga, incluso, ya en sí la comparación es ofensiva: Maradona está muy, pero muy por encima de Messi, aun si pasase el accidente de que Argentina gane el Mundial de Qatar 2022.
Hasta en la guerra hay códigos que se deben de respetar y Argentina contra Países Bajos reventó todos los conceptos del decoro y de la deportividad.
El ‘Fair Play’ de la FIFA saltó por los aires en Doha y por más que muchos quieran justificar dicho proceder, no hay manera ética y moral de sostenerlo.
Tratar a un colega de bobo, como hizo Messi con Weghorts, solo revela la pobreza de lenguaje que posee el futbolista y su absoluta incapacidad para tener empatía con el vencido, con el derrotado.
Como vivimos en un mundo en que todo está patas arriba, como dijo Eduardo Galeano, no sería extraño que la FIFA le entregue a Messi el balón de oro, como ya hizo de forma injustificada en Brasil 2014, y a Argentina el premio del ‘Fair Play’ por su noble y ejemplar comportamiento.
