(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 07 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL). Las ligas menores en Costa Rica todavía siguen en un tercer plano. No importan de verdad ni a los clubes, ni a la Federación ni indirectamente a la Unafut.
Son la tierra de nadie. Los técnicos son mal pagados. Los que las dirigen no siempre son las personas con la mejor formación. Mientras tanto, el talento, el gran talento, que hay en el país se pierde en la maleza del tiempo.
Es la triste realidad que predomina hoy. Por más discursos que vengan de la Federación. Por más flores que se lancen entre sí entre algunos equipos de la categoría mayor.
Para dar un paso adelante en este campo se requiere primero de una visión. La que hoy no existe. Se necesita, además, de un grupo calificado de profesionales al más alto nivel que puedan hacer una revolución en este campo. En tercer lugar, se debe de contar con un presupuesto adecuado. Y cuarto, que el plan sea al menos a mediano plazo para que se puedan cosechar verdaderos frutos.
Lo contrario es hacer política. Política barata como se hace tanto en el fútbol. Hay mucho humo en nuestro balompié. Tanto humo que a veces parece que explota un volcán.
En la actualidad, el equipo que más padece esa falta de planificación. Esa miopía, es la Selección Nacional. Han pasado ya seis años desde que Costa Rica hiciera su gran hazaña en Brasil 2014 y no hay una renovación de jugadores. La mayoría de ellos están en el cierre de sus carreras e incluso así son los que más posibilidades tienen de seguir en la Tricolor, porque la generación que debe sustituirlos no está preparada.
Falta anchura de miras. Falta un presidente federativo que se comprometa con la causa y que en los equipos vean a las ligas menores no como un tema marginal, sino como la gran posibilidad de atraer recursos con ventas de jugadores al exterior.
Para lograrlo es necesario invertir y hacerlo con los recursos suficientes para que los entrenadores dispongan de las mejores condiciones.
Una vez que se cumpla con esa condición será posible soñar. Y soñar a lo grande. Porque lo más importante se tiene: el talento.
*Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.