(LUNES 17 DE JUNIO, 2024, EL JORNAL). La Eurocopa que se disputa en Alemania debe servir de espejo para el fútbol nacional. La excelencia en la organización es posible, más allá de los recursos. La excusa perfecta de la Federación de Fútbol y de los clubes, siempre, es la escasez de recursos, pero esta es un bella y hermosa falacia.
No digo que se alcancen estándares tan altos como los vistos en la Eurocopa en cuanto a disponibilidad de elementos y recursos, sino que hay que hurgar en cómo son capaces de gestionar con éxito y coordinación absoluta un torneo de tal magnitud.
Igual se podría decir de la organización de la MLS y del próximo Mundial, que tendrá a Estados Unidos en el centro de la diana.
La palabra clave aquí es organización, como la capacidad de crecer y competir con los recursos disponibles. Esto por cuanto el talento humano, futbolístico, existe por doquier en el país, lo que queda es poner las barbas en remojo y hacer las cosas mejor.
Se puede, aunque aquí suene a utopía. Para lograrlo es necesario subir las exigencias y los requisitos, mínimos, con que deben cumplir los equipos. Si un club asciende, por ejemplo, y su estadio no tiene las condiciones o busca uno con las características necesarias o no puede pertenecer a dicha categoría.
Estadios en los que no se puede jugar de noche, gramillas artificiales y sitios inseguros en cuanto a infraestructura. Si eso no se corrige, seguiremos siendo la cenicienta en este campo.
Y en lo estrictamente deportivo, es urgente contar con profesionales capacitados y bien pagados para que de las bases salgan todos los jugadores que se requieren.
Si un país como Uruguay lo hace, con igual o menos recursos que Costa Rica, es porque es posible, porque no creo que en Montevideo sobren los magos.
Cuestión de exigencias y de mirarse en el espejo correcto.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL