(MIÉRCOLES 19 DE ENERO, 2022-EL JORNAL). Llama poderosamente la atención que en los distintos planes de gobierno de todos los candidatos que aspiran a ejercer la presidencia a partir de mayo de 2022, el deporte sea un elemento marginal y que esté totalmente silenciado en los debates nacionales.
A pesar de ser un país en el que una buena parte de sus ciudadanos enfrentan problemas de obesidad y de enfermedades crónicas como la diabetes, lo que le demanda al Estado una altísima inversión, el deporte como recreación y salud ni se menciona por error.
Y el Ministerio del Deporte en Costa Rica es más que débil e instrascendente, y ocupa sin ninguna duda un segundo plano.
En la futura administración, si por la víspera se saca el día, el deporte como salud y recreación, no ocupará un lugar preponderante, porque lo único que interesa en la actualidad es la economía, que por ningún motivo hay que desdeñar, pero el pueblo costarricense merece conocer al menos las propuestas en este campo.
Un pueblo que carece, por falta de incentivos y de educación, de la práctica del deporte, de seguro enfrentará serios problemas de salud conforme sus habitantes se vuelvan mayores. De hecho, esto ya no es futuro, es presente.
Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad son tres males que golpean a los costarricenses en el presente.
Y sin embargo, a los candidatos de los distintos partidos parece que les interesa poco: hasta, ni por error, he escuchado a ningún aspirante explicar los alcances de su programa en el campo del deporte.
Y un pueblo que no practique deporte recreativo y con fines de salud es una bomba de tiempo: ven, cómo, no solo la economía es importante.
Para los griegos, que inventaron todo lo trascendente para el mundo occidental, aquel lema de mente santa en cuerpo sano era una práctica cotidiana e inteligente, que hoy deberíamos imitar, pero lamentablemente para la política es un tema ausente.
