(JUEVES 17 DE FEBRERO, 2022-EL JORNAL). A pesar de que de aquí al 24 de marzo media más de un mes, ya la convocatoria para marzo empezó a arder, con las declaraciones de Christian Bolaños, en las que deja claro que sabe muy bien que no es del agrado del actual cuerpo técnico ni del presidente de la Federación.
Bolaños tiene autoridad para hablar de un tema incluso cuando no es el momento ni está en boga el regreso de la Selección para jugar sus tres partidos cruciales e intentar un cupo a Catar, sea de forma directa o por vía del repechaje, que es hacia donde apuntan los cálculos.
“No me gusta ser sobros de nadie”. Lo dijo así, con una ligera variante en la clásica afirmación, que por lo general apela al singular y no al plurarl, es decir, lo usual es escuchar: “No me gusta ser sobro de nadie”.
Más allá de los detalles gramaticales, lo cierto es que Bolaños, a sus 37 años, sigue demostrando que es un jugador que puede aportar a la Tricolor. Ayer, frente a Pumas, tuvo el peso que se le ha de exigir a un futbolista de su talla.
Sus anteriores declaraciones en que criticaba con vehemencia el manejo de la Selección, a la que asemejaba con una pulpería, es evidente que no gustaron en el Proyecto Gol y que por ahí andan algunas facturas sueltas.
Ahora, no obstante, hay un viraje en el discurso del futbolista, porque aquello de que siempre estoy dispuesto para la Selección se ha trocado en que “ahora sí me lo pensaría”.
La disputa entre Bolaños y la Selección-Federación pasa ya a tener tintes de conflicto de alta intensidad y por ende es necesario un mediador inteligente y oportuno, para bajarle el tono a las partes y llegar a un entendimiento, y que de esa manera el delantero saprissista pueda convertirse en una alternativa para el equipo patrio.
Si la URSS y Estados Unidos fueron capaces de evitar una guerra nuclear y bajarle el tono a la Guerra Fría durante medio siglo, es muestra inequívoca de que la diplomacia funciona.
Ya es hora, por lo tanto, de que Rodolfo Villalobos y Luis Fernando Suárez nombren a un representante que se reúna con Bolaños, o a quien el jugador desgine, y resuelvan las diferencias de una vez por todas, para que en marzo el delantero morado esté listo para saltar a la cancha con el equipo tricolor.