(JUEVES 23 DE MARZO 2023-EL JORNAL). En el caso de Keylor Navas con la Selección Nacional está claro que por parte de la dirgiencia ha gozado de prerrogativas para escoger cuándo venir a jugar con la Tricolor y cuándo no.
No hay vuelta de hoja. Le han dado un tratamiento de estrella. Y ahí, tanto el presidente de la Federación de Fútbol, Rodolfo Villalobos, como el entrenador de turno, Luis Fernando Suárez, se equivocan de principio a fin. Han creado una diferencia entre Navas y el resto del equipo.
Se supone, sin embargo, que para crear cohesión a lo interno de un vestuario es importante que todos, absolutamente todos, sin importar su condición, una vez que esa puerta del vestuario se cierra, todos son iguales, y todos lucharán por un objetivo común.
No parece ser lo que ha sucedido en la Selección con Navas, y lo dejó entrever el técnico Rónald González, que estuvo sentado en el banquillo del equipo nacional.
Dio a entender González en una entrevista con Tigo Sports, que Navas podía acudir a los partidos importantes y que tenía un trato diferenciado.
Ahora entiende uno por qué en ese banquillo, después de 2014, no se sentó más Jorge Luis Pinto. El entrenador colombiano no tolera tratos diferenciados, llámese como se llame el futbolista. La historia de Iván Ramiro Córdoba, cuando estaba en la cumbre de su carrera con el Inter de Milán deja claro cuál era el proceder del técnico.
Una mala señal y un mal proceder haber abierto la puerta de par en par para que Navas escogiera qué juegos le convenían con la Selección.
Por eso, somos tercer mundistas en fútbol y en un montón de cosas más.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y EL JORNAL
