PALESTRA
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 27 DE OCTUBRE, 2015-EL JORNAL). Doce fueron los discípulos del Maestro y uno el traidor por treinta monedas. Doce son los líderes de la FEDEFUTBOL que reciben millonadas de colones en “gastos de bolsillo” para mejorar nuestro balompié.
Lo informó La Nación en primera página como gran “descubrimiento” (6/10/15), exactamente una semana después que desde El Jornal explicábamos el hazmerreír que provocan las selecciones menores y el balompié femenino.
Uno de los doce – el estadounidense Chuck Blazer, ex miembro de la FIFA- tiene al menos una docena de sus antiguos camaradas en prisión, o al borde de la cárcel, enarbolando la bandera de la anticorrupción, como sí la sociedad estadounidense no fuera una de las más corruptas del orbe. A mí con esos cuentos.
Los doce apóstoles de la FEDEFUTBOL los conocemos todos como sacrificados hombres de este deporte que, incluso, uno de ellos dijo al diario en mención, que ha tenido problemas laborales para subirse en el avión.
Supimos por este dirigente que ellos no ganan dietas ( que Tributación Directa no se frote las manos y la CCSS tampoco), sino que son “gastos de bolsillo”.
Tampoco sean mal pensados. Son gastos insignificantes. Son solamente $125 mil repartidos entre doce en catorce meses, lo que significarían $ 165 diarios como promedio per capita.
Es decir, con solo que uno de los doce ponga un pie en la escalinata del avión se asegura la escuálida suma de ¢ 87.000; algo así como casi dos canastas básicas alimentarias mensuales para familias de esas que nos han dejado 30 años de “progreso” y “desarrollo económico”.
¢ 87.000 por viaje no compensa los “beneficios” que traen estos periplos ni los “contactos” internacionales con que nos dejan en el exterior, según argumentó uno de ellos.
Vean nuestros “famosos” de la Primera División: en cabeceo son los primeros en Centroamérica. Cada vez que saltan, si no quedan encaramados en la espalda del rival y abren una ceja a codazos, quieren desnucarse.
Eso cuando no se desarman todos porque tuvieron que rematar con el pie de subirse al bus; o el meta cierra los ojos y tira el patadón a ver a quien le cae el balón.
Y no exagero. Un domingo de estos presencie el partido entre las muchachas de Moravia y Alajuela y aguanté solo el primer tiempo. Desde entonces no encuentro respuesta a la pregunta sobre cómo el país, practicando este fútbol, estaría en un mundial.
Otro de los “doce” locales argumentó que dichas sumas de bolsillo no pueden considerarse elevadas, pues siempre salen “imprevistos” que como delegados están obligados a resolver. ¡Pobre muchachos, y tan incomprendidos que son¡
En todo caso no es muy justo enderezar todas las baterías contra estos 12 discípulos del fútbol. Todos conocen la costumbre entre algunos atletas de no cancelar viáticos o hacerlos con inconsistencia. De algún lado aprendieron la maña.
Los ticos acaban de invertir no menos de ¢2.000 millones en los Juegos Nacionales realizados en la zona norte y yo les garantizo que este esfuerzo de todos no se reflejará ni siquiera en un 10% en las selecciones de alto rendimiento.
¡Ay sí el Maestro hubiera vivido la “sociedad abierta” Judas se hubiera jodido!
Periodista, abogado y notario UCR