(LUNES 19 DE AGOSTO, 2024- EL JORNAL). Cuando se anunció la contratación de Walter Centeno por el «Team», para que suene más cool, como dirían los más jóvenes, algunos de inmediato nos preguntamos cuántos partidos sobreviviría en el banquillo.
La respuesta ya está dada: solo seis del campeonato nacional. ¿Cómo puede un equipo, que se precia de estar entre los grandes del país, trabajar con esas directrices? En seis partidos es imposible armar un conjunto con la rigurosidad que exigen los tiempos actuales.
Algunos dirán que es el estilo de los florenses: cambiar de técnico como se cambia de traje, pero el sustrato que va quedando es que si yo fuera entrenador no iría al Herediano en ninguna circunstancia.
Los técnicos necesitan tiempo para idear una estrategia, elegir a los jugadores más aptos para desarrollarla y para corregir sobre la marcha. El fútbol es más serio de lo que parece.
Walter Centeno llegó con la gran ilusión de relanzar su carrera y a las primeras de cambio se la lanzan al vacío, y ahora se ve en la otra esquina: en la de los espectadores y en la de los desempleados.
Creo que la profesión más peligrosa de ejercer en Costa Rica es la de entrenador, que es decir mucho, aunque está cercana a la de periodista, luego de que la Sala Cuarta reconociera que cualquiera puede serlo, sin ninguna preparación, sin ningún bagaje, sin ninguna idea de la responsabilidad que conlleva comunicar de forma especializada.
Las incongruencias en el banquillo no son patrimonio del Herediano, se ha dado ya en este torneo en Puntarenas y Pérez Zeledón, pero por ese camino el balompié va como el cangrejo: siempre para atrás.
Una pena que la dirigencia del fútbol nacional haga gala de la improvisación.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL