Se avecina una encarnizada lucha preelectoral en las filas verdiblancas
Rafael A. Ugalde Quirós.
Correspondió al alcalde de la ciudad de San José, Jhonny Araya Monge, “ oficializar” la precandidatura de la gran “familia” liberacionista, con miras a las elecciones de 2014, en las que los “verdiblancos” parecen destinados a “pelear” contra sus propias adversidades.
En entrevista concedida al noticiero “Extranoticias 42” investido ya de precandidato, Araya Monge destacó el apoyo recibido por su tío, el expresidente Luis Alberto Monge, así como del otro dirigente, de esta “ familia” verdiblanca, Antonio Alvarez Dessanti, quien asumirá importantes responsabilidades en la precampaña del actual alcalde josefino.
Araya Monge consideró necesaria una renovación del Partido Liberación Nacional (¨PLN), a fin de retornar a la senda “socialdemócrata”. Asímismo, insinuó una especie de “deber moral” de los liberacionistas con el gobierno de la Presidenta Laura Chinchilla, con quien dijo, tiene comunicación fluida y ha trabajado en importantes proyectos como los próximos Juegos Centroamericanos, a realizarse en el país.
En la otra acera, Rodrigo Arias, el hermano del premio Nobel de la Paz y expresidente de la República, Óscar Arias, pretende que los liberacionistas y la masa de indecisos costarricenses para las elecciones de 2014- porcentaje que ronda hoy el 65 por ciento– capten la imagen no solo de un hombre inteligente y honesto, sino de persona sencilla e identificada con los jóvenes.
En esta primera fase de la precampaña de Arias obviamente salió a relucir el pasado de guerra en Centroamérica y el fruto dado por el plan de paz para el istmo, llevado a cabo por su hermano Óscar. Una segunda fase publicitaria promete ver a Rodrigo Arias vinculado a tradicionales personajes del PLN. (La Nación 22/9/12)
Sin embargo, una tercera opción en la carrera por la casa de gobierno es la de un sector importante de la familia liberacionista, representada por el expresidente José María Figueres, hijo del fundador del PLN José Figueres Ferrer.
Figues hijo desde inició de este año deshoja margaritas con su “proyecto país”, mediante el cual, según indica, procura identificar las potencialidades y necesidades de desarrollo de los costarricenses.
Está claro que Figueres de lanzar su precandidatura, tratará de sacar el máximo provecho de sus vínculos con el fundador y líder indiscutible del PLN, dejando atrás cualquier juzgamiento de las masas respecto a aquel polémico cierre del Banco Anglo Costarricense y sobre el abandono del hoy revivido sistema de ferrocarriles.
A las aspiraciones de estos tres políticos se suma la del conocido abogado y exministro de seguridad pública, Fernando Berrocal, quien aboga por rescatar una serie de valores en la sociedad tica, sin mayores opciones para los distintos grupos financieros. Berrocal en verdad no tiene una fuerza política relevante que lo respalde.
EL TERCER REINADO
Un Estado – o un país, como guste definirlo- que conoce a la perfección esta “ familia” de hueso verdiblanco, pues él surge precisamente en 1948 con el PLN, así como un sistema electoral concebido a la medida de los grupos agroexportadores y financieros que entonces enarbolaron la bandera de la democracia tica, lejos de dar algún viso de “alternatividad”, concentra cada vez las principales decisiones, en función del anillo de allegados al poder liberacionista.
Cualquiera que asuma la tarea de liderar la gran familia liberacionista tiene garantizada una robusta deuda política para saldar los servicios prestados en campaña a sus allegados, un diseño de la economía que funciona a la perfección desde que Luis Alberto Monge impuso el Primer Ajuste Estructural de la Economía (PAE I), una creciente masa de nacionales y extranjeros a la espera de tres palabras mágicas que garantizan réditos en las elecciones: “creación de empleo”.
Todo ello sucede en un entorno en el que la perfección de la economía es visualizada cuando un jerarca de un banco estatal requiere solo de una hora profesional para ganarse el ingreso que un asalariado devenga por un día de trabajo ( noticias Repretel 21/set/ 2012).
De igual manera, la banca estatal, que en la mayoría de los casos acoge a prominentes partidarios del PLN que a la vez están vinculados directa o indirectamente con los mega proyectos de turismo, la industria, las importaciones, las exportaciones y cuanto negocio aparezca con la economía globalizada, también hace lo suyo.
Perfección del sistema que evidencian las estadísticas del Banco Central cuando sugieren un mejoramiento del Producto Interno Bruto (PIB) y otras mediciones oficiales muestran una ampliación de la pobreza y la miseria.
Así, con un “ejército” de desocupados, otros empleados con incrementos salariales que son insuficientes para cubrir los pasajes mensuales de los buses o más de medio millón de gente que añora una vivienda digna, hay garantía anticipada de vivir una “verdadera fiesta democrática” en la escogencia del próximo candidato presidencial verdiblanco.
A las anteriores condiciones se suma un hecho relevante que históricamente pasa inadvertido en la llamada oposición a “la familia”: el proyecto socialdemócrata nace para aplacar los vientos revolucionarios de mitad del siglo pasado y desde su inicio hizo creer incluso, a socialistas y comunistas que, las grandes transformaciones agrarias, independencia económica y política del país, respecto a la metrópoli de turno, entre otras, eran posibles traducirlas en justicia y equidad social social “desde adentro”, sin afectar la superestructura desde la cual fluye la verdadera legitimidad del Estado.
Cierto que el modelo democrático permitió espacio para ciertas e innegables reivindicaciones que requería entonces el sistema de producción; sin embargo, debía entenderse entonces la diferencia entre reivindicación salarial, política, social o administrativa, como “concesión” o “licencia” del modelo, y la búsqueda de la transformación que implicará siempre la disputa por el “poder real”.
Desde esta perspectiva se explica que los intentos de la llamada oposición al PLN sea concebida hasta ahora como agrupación de partidos con fines electoreros para obtener “poder transitorio”, generalmente ejercido en condiciones precarias o con orientaciones populistas, que en nada o muy poco cambian las bases del “poder real”.
Periodista, abogado y notario UCR.
