(MARTES 25 DE JULIO 2023-EL JORNAL). La denuncia de Rónald Gómez sobre la forma de trabajar del entrenador Luis Fernando Suárez y su cuerpo técnico, llega demasiado tarde, cuando el Titanic ya está en las profundidades del mar.
Creo que es una denuncia que ya hoy, pierde casi toda su validez, porque era en el momento en que él descubrió esas falencias, que debió informarlas al presidente de la Federación Costarricense de Fútbol.
Ahora, después de haber ido al Mundial Qatar 2022 y tras haber cobrado su premio, lejos de ser válidas sus palabras, lo que parecen, aunque no lo sean, es que son oportunistas.
Y esto, en un balance general, lo pueden incluso perjudicar, porque ‘La Bala’ Gómez debió poner las cosas en orden en su momento, cuando aún había capacidad de reacción.
Algunos dirán que iba a convertirse en mártir y que por eso pudo callar. De igual manera, lo sacrificaron, puesto que terminado el Mundial, pidieron su salida.
Lo denunciado por Gómez en el programa Al pie del Deporte, sin embargo, sí deja en claro que lo que todos veíamos en la cancha tenía una explicación y era el poco trabajo dedicado en los entrenamientos.
Y si eso pasaba, la gran pregunta es: ¿por qué todos los jugadores, de manera unánime, guardaron silencio?
Hay muchas formas de ser cómplice de una situación. Y aquí creo que los futbolistas sí tienen una cuota de responsabilidad, porque si los entrenamientos eran deficientes no podían mostrarse tan complacientes como lo fueron hasta el último minuto en que Suárez estuvo en el banquillo de la Selección Nacional.
La denuncia de Gómez a tiempo le habría ahorrado mucho dinero a la Federación, aunque sospecho que Suárez no entrenaba en Marte, ni bajo estrictas medidas de seguridad, de modo que otros no vieran lo que sucedía en la Selección Nacional