(MARTES 24 DE MAYO -2022- EL JORNAL). Al fútbol de Costa Rica le falta una buena dosis de transparencia. ¿De dónde sale el dinero que sostiene a los clubes? Más allá de lo que aportan las televisoras por sus derechos, está claro que ese rubro no es suficiente para sostener un equipo.
Por lo cual, hace falta mayor transparencia de quiénes son los dueños y de dónde proviene el dinero que sustenta y proyecta a los clubes. ¿Por qué invertir en fútbol? ¿Es el fútbol un negocio tan bueno como parece a la distancia? ¿Hay gato encerrado? No los sabemos, porque hay demasiado hermetismo alrededor de los equipos, a tal punto que aquellos días en los que veíamos con toda naturalidad los entrenamientos hoy son impensables.
El fútbol, para que tenga sentido, debe pertenecerle a los aficionados, porque son ellos los que le dan valor y grandeza a las gestas que los jugadores realizan en la cancha; no obstante, esto tambien ha ido cambiando y no siempre para bien.
Al aficionado se le toma en cuenta, muchas veces, cuando las necesidades apremian, y pocas veces se les dan incentivos para que sigan al pie del cañón con el club de sus amores.
En Costa Rica este síndrome del distanciamiento es una realidad, y mientras tanto nos preguntamos quiénes verdaderamente están detrás de los equipos y qué fines verdaderamente hay en el hecho de apostar por una inversión cuyo retorno en el corto y mediano plazo es casi imposible.
Para evitar fiascos que puedan llevar a nuestro balompié a la bancarrota, lo mejor sería un ejercicio de transparencia en toda regla, donde no haya nada qué ocultar, y donde realmente sepamos quiénes sostienen y por qué a X o Y equipo.
Mientras no lleguemos a este punto, en cualquier momento se puede caer el castillo de naipes y se puede torcer el cuento de hadas que nos vienen contando hace rato.