Rafael A. Ugalde Quirós
(SAN JOSÉ, 18 DE DICIEMBRE, 2013). Retornar al llamado “Estado del bienestar”, prácticamente resulta imposible en Costa Rica .(ver La Nación 17/12 2013, Villalta plantea un Estado regulador…), tras borrarse en la década de los noventa el llamado “Pacto de Ochomogo”, por los propios hijos de los caudillos, José María Figueres y Rafael Angel Calderón F. La valoración económica- política de estos sectores tiene asidero en que con la llegada “del fin de la historia” las diferencias que el capitalismo origina desaparecerían, pues su fase superior y agresiva, haría del mercado el gobierno universal. Todavía muchos así lo creen.
Europa comunitaria, cuna de la Ilustración y los derechos humanos, junto a Estados Unidos, no encontrarían empacho en asaltar en tiempo récord Yemen, Egipto, Irak, Afganistán, Siria, etc., para someter luego en nombre de la “comunidad internacional” y la democracia a Irán, China y Rusia.
La rápida difusión de esta política agresiva mundial, provocó también en tiempo récord en América Latina alternativas de convivencias entre sectores capitalista venidos a más desde hace 500 años y quienes aspiran soluciones a sus viejos problemas, producto de la señora plusvalía.
En Chile, la llamada Nueva Mayoría tiene vida gracias a socialdemócratas, comunistas, demócratas cristianos, etc.., Ahora se aprestan a que la educación no sea un vulgar negocio, haya una reforma tributaria transparente y la Constitución Política chilena por fin pierda ese tufillo a Pinochet.
Otro caso- me temo poco estudiado por nuestros pensadores costarricenses, es Bolivia. Allí, poco a poco, se configura un Estado multiétnico para devolver derechos y participación a unos primeros habitantes arrinconados desde hace 500 años.
La excepción quizá sea Costa Rica, donde en plena campaña electoral el tema del reciclaje del capitalismo brilla por su ausencia. Sobre todo por los candidatos Villalta y del Acción Ciudadana, que parecen hoy más cerca de las tesis socialdemócratas que quienes dicen representar esta opción.
Sin embargo, esta manera de reciclaje en nuestra América aun así corre riegos. Especialistas latinoamericanos reunidos en Ríoo+20 en La Paz, cuestionaron en algún momento la propuesta económica y ambiental de los países desarrollados y de Naciones Unidas en torno a la llevada y traída economía verde.
Varias organizaciones civiles de Latinoamérica advirtieron sobre los inminentes peligros para la economía, el ambiente y los derechos de los pueblos si avanzan estas tesis, impulsadas imperialmente, incluso por Naciones Unidas.
“La economía verde es igual a darle una nueva oportunidad a los que ya fracasaron rotundamente en la gestión del desarrollo y el cuidado ambiental. Es una forma de reciclar el capitalismo”, dijo la especialista chilena Camila Montecinos, durante su participación en la consulta latinoamericana de Río+20 .
La nicaragüense Georgina Muñoz abogó por activar la producción de los pequeños productores agrícolas. “Las cooperativas rurales son fundamentales en la generación de un nuevo modelo de desarrollo, con respeto al ambiente y como vía para superar los problemas de la pobreza”.
El ecuatoriano Miguel Palacín de la organización indígena CAOI, recordó que en Latinoamérica sigue vigente la “doctrina de la conquista”, por lo que era necesario avanzar del reconocimiento y existencia de los derechos indígenas a su real implementación.
Esto, sin embargo, no sería nada sencillo, según la apreciación del argentino Viale. “El modelo extractivista se orienta a desconocer los derechos humanos y civiles que teníamos en el siglo XVIII (….)
¡Solo los ríos no se devuelven!
Periodista, abogado y notario UCR